El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, desestimó temores de que su país busque destronar a Estados Unidos como primera potencia mundial, en medio de un creciente deterioro de las relaciones entre Beijing y el presidente estadunidense Donald Trump.
En declaraciones a un influyente grupo de expertos en Nueva York, adonde asiste a la Asamblea General de la ONU, Wang adoptó un tono conciliatorio, comprometiéndose a trabajar con Estados Unidos para resolver las disputas y negó que China robe tecnología.
Sin embargo, dijo que su país no cederá ante el chantaje o la presión.
Refiriéndose al trabajo reciente de investigadores estadunidenses que afirman que China está intensificando sus esfuerzos para alcanzar una posición hegemónica en el mundo, Wang dijo: "Quiero decirles muy claramente que este es un error de cálculo estratégico grave".
"Es una presunción equivocada que será extremadamente perjudicial para los intereses estadunidenses y el futuro de Estados Unidos", advirtió el ministro chino en el Consejo de Relaciones Exteriores, un centro de análisis con sede en Nueva York.
En los últimos años, China ha incrementado significativamente su dominio en el mundo, especialmente en América Latina y en África.
En la ONU, China también está ganando terreno, involucrando a más personal militar en operaciones de paz y aumentando regularmente sus contribuciones financieras a la Organización.
Wang deploró que esa sospecha de ambición hegemónica de China se haya amplificado y extendido, advirtiendo que podría "incluso llevar a nuevas sospechas y hacer que sea más difícil abordar cuestiones específicas".
Las relaciones entre Trump y el presidente chino Xi Jinping se deterioraron rápidamente tras un buen vínculo inicial.
Con su característica franqueza, Trump dijo el miércoles que ya no puede considerar a Xi como un amigo, tras acusar a China de interferir en la política estadunidense y de buscar su derrota en las elecciones de mitad de mandato de noviembre debido a su postura dura sobre el comercio.