La muerte de una recién nacida en un parto en casa ha reavivado el debate sobre la seguridad de éstas prácticas que usualmente no tienen una supervisión médica.
Según un reciente dictamen del Tribunal Forense de Victoria, en Australia, la bebé, nacida en diciembre de 2022, probablemente habría sobrevivido si el proceso hubiera ocurrido en un hospital o si una matrona certificada hubiese estado presente.
El caso involucra a la madre, conocida como la señora E, y a la influencer de redes sociales Emily Lal, quien promueve el parto en casa sin asistencia médica a través de su cuenta de Instagram: The Authentic Birthkeeper.
Aunque la forense no emitió conclusiones adversas contra Lal ni contra los padres, el trágico desenlace subraya los riesgos de este tipo de prácticas, así como la importancia de tener asistencia de profesionales en dichos momentos.
¿Qué pasó durante el parto?
Según las conclusiones forenses, la señora E alquiló una piscina de parto a Emily Lal, pero afirmó no haber buscado sus servicios o consejos, a pesar de mantener contacto social. El parto de la bebé fue prolongado y sin supervisión, lo que generó complicaciones fatales.
Media hora después de dar a luz, la señora E envió un mensaje a Lal diciendo: "Lo logré". Sin embargo, la madre no pudo expulsar la placenta hasta la mañana siguiente, momento en que notó que algo andaba mal con su recién nacida.
A las 8:00 de la mañana, la señora E envió un mensaje desesperado a Lal con una foto de la bebé, que ya tenía el rostro azul. "No podemos despertarla, no estamos seguros de si está respirando", escribió. Lal no vio el mensaje de inmediato y 25 minutos después realizó una videollamada para ver a la bebé, momento en el que creyéndola ya muerta, les indicó a los padres que llamaran a una ambulancia.

La conclusión de los expertos: una muerte evitable
Los paramédicos intentaron reanimar a la bebé durante 30 minutos, pero no lograron revivirla. Posteriormente, la patóloga forense Yeliena Baber concluyó que la muerte fue resultado de un parto prolongado en una piscina de parto casera y que, si la madre hubiera recibido la atención prenatal y hospitalaria adecuada, la muerte de la bebé era "muy improbable que hubiera ocurrido, ya que era sana".
La forense Catherine Fitzgerald fue enfática al dictaminar que el deceso de la menor era evitable. En sus conclusiones, destacó la diferencia entre un parto planificado en casa con el apoyo de una partera certificada y un "parto libre", en el que no se cuenta con asistencia médica.
Además subrayó que la información sobre el parto llevado a cabo en el agua no está diseñada para aquellas mujeres que tienen planeado dar a luz sin una supervisión médica, o incluso algún tipo de control prenatal.
Fitzgerald añadió que la única consulta de la madre con su médico no fue suficiente para proporcionarle la información completa sobre sus opciones de parto, situación que realmente contribuyó al lamentable deceso de la menor.
Este caso sirve como un sombrío recordatorio de los peligros del "parto libre" sin la supervisión de profesionales de la salud.
KVS