Era de esperarse el lanzamiento de la marca “Miramar”, con la cual se busca posicionar a Ciudad Madero como referente turístico de Tamaulipas, un proyecto que para algunas voces resulta innovador y ambicioso, pero también hay un amplio sector de la población y empresarios de la región que la catalogan de arriesgada y peligrosa.
Lo que intenta la autoridad es poner a la urbe petrolera como el destino preferido del noreste de la República Mexicana (aprovechando que técnicamente el máximo paseo está en su territorio), pero más allá de la propuesta que en el fondo tiene validez, en la forma deja más dudas que certidumbre sobre el impacto inmediato en los potenciales clientes.
Y es que a pesar del “plan estratégico para potencializar y corporativizar” el atractivo natural, se deja de lado los argumentos que generen ese cambio, es decir, que el visitante identifique dónde está Madero, que es la dueña del sitio de mar y sol, y no en Tampico como tradicionalmente es conocido. En sí, hay más contras que pros en la iniciativa.
Si nos vamos a la arista política se contrapuntea con autoridades superiores, ya que el Congreso del Estado a través de la Comisión de Turismo, el aval un estudio de Fonatur en manos del Gobierno estatal, y la recomendación de la Secretaría de Turismo Federal, coinciden en que lo mejor, sano, viable y exitoso es seguir la promoción bajo la leyenda “Tampico-Miramar”. No se decidió así.
Además, lo único que Ciudad Madero cuenta como atractivo es precisamente la playa, no hay nada más, en servicios está muy lejos de ofrecer algo distinto a los visitantes; al contrario, son más los faltantes.
No hay grandes centros comerciales, no hay cines, solo hay un parque recreativo, y por si fuera poco, el ingreso en los días santos al máximo paseo es un calvario, y con el limitado personal en seguridad y vialidad, más las avenidas para acceder con baches, la cosa se pone peor.
El dato más contundente es la oferta hotelera. Solo cinco hoteles arriba de tres estrellas, cuando en el puerto está el doble, con facilidades de moverse a otros lugares de esparcimiento, la Zona Centro, la exAduana, la Laguna del Carpintero y la feria
Por lo pronto el regiomontano, el potosino, el chilango, el victorense, el reynosense, el matamorense y el neoladerense, sea en familia o con amigos, alistan todo para ir “a la playa de Tampico”. No olvidemos que hay tradiciones convertidas casi en leyes, que la percepción en otras ciudades es muy distinta, y ésta es una de ellas.