Los escritores Juan Carlos Calvillo y Gustavo Osorio de Ita fueron distinguidos con el Premio Bellas Artes de Traducción Literaria Margarita Michelena 2025, uno de los reconocimientos más prestigiosos en su ámbito en México.
La Secretaría de Cultura federal, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) y la Secretaría de Cultura de Hidalgo dieron a conocer los ganadores destacando el valor de su trabajo como puentes entre lenguas y culturas.
Juan Carlos Calvillo gana en la categoría de cuento
Calvillo fue galardonado en la categoría de cuento por su traducción de Enoch Soames: un recuerdo de la década de 1890, obra del escritor británico Max Beerbohm. El jurado —integrado por Indira Díaz Hernández, Ana Gilka Duarte y Margarita León— resaltó la fidelidad, el ritmo y la precisión del texto traducido, así como su capacidad para conservar el tono irónico, el humor sutil y el aire fáustico del original, en el que un poeta maldito pacta con el diablo para conocer su legado literario un siglo después.
Calvillo, también poeta y ensayista, reveló que la invitación para traducir el cuento surgió por iniciativa de la escritora Tedi López Mills, quien coordina la Colección Relato Licenciado Vidriera de la UNAM. Para él, el proceso fue un retorno personal: descubrió el texto por primera vez en una antología compilada por Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo.
“Traducir es un acto de escucha y de recreación. “Me alegra que este tipo de trabajos se reconozcan, porque implican una entrega muy profunda al lenguaje”.
Gustavo Osorio de Ita, premiado en la categoría de poesía
Por su parte, Gustavo Osorio de Ita recibió el premio en la categoría de poesía por su versión de La nadadora deshuesada
, poemario de la autora franco-rumana Linda María Baros. El jurado destacó que su traducción logra emular la complejidad del texto original, manteniendo su atmósfera onírica, sus imágenes densas y su ritmo sonoro. Se trata de una obra que entrelaza surrealismo francés, mitología y una estética urbana fragmentada.
Osorio de Ita, conocido también por su propia poesía y su labor en la difusión de la literatura contemporánea, señaló que el mayor reto fue preservar el “brillo oscuro” del poemario, esa tensión entre lo mítico y lo moderno. “Traducir poesía es un acto de fe”, afirmó.
“No se trata solo de respetar la voz del autor, sino de habitarla”.
Un premio que reconoce el arte de la traducción
El premio, que lleva el nombre de la destacada traductora y académica Margarita Michelena, otorga a cada ganador un estímulo económico de 150 mil pesos y un diploma. Desde su creación, ha sido un referente para visibilizar la traducción literaria como práctica artística y cultural, más allá de una mera transposición lingüística.
Ambos autores coincidieron en la importancia de reconocer a quienes trabajan en la sombra del texto original, haciendo posible que obras clave de la literatura mundial lleguen al lector en español. En un momento de creciente interconexión cultural, su labor adquiere un rol central: no solo traducen palabras, sino mundos.