Las horas de sueño han mermado y el estrés ha aumentado. La vida familiar, personal y laboral del doctor Luis Fernando Núñez Espinoza, quien está a cargo de la Unidad de Cuidados Respiratorios en el Sanatorio San José en Gómez Palacio, tiene un antes y un ahora del coronavirus.
Él es médico especialista en enfermos en Estado Crítico y Terapia Intensiva, en la clínica de Gómez Palacio, espacio que actualmente recibe aproximadamente 6 pacientes diarios de covid-19, además de aquellos asintomáticos que llegan por otro padecimiento pero que al hacerles la prueba resultan positivos.
¿Cómo ha sido su rutina de trabajo luego del covid-19?
Como encargado del área Intensiva de Cuidados Respiratorios, apoyamos a los pacientes con dificultades para respirar, han sido semanas de preparación para enfrentar la enfermedad.
Nuestra labor diaria es la de monitorear al paciente, y ganar tiempo en lo que esta enfermedad cede o se controla, porque no hay tratamiento específico y definitivo para combatirla.
¿Cómo ha sido la forma de trabajo?
En un inicio la forma se dividió en tres etapas, la primera era la expectación, saber cómo venía esta enfermedad a la región. Al principio había mucho escepticismo porque había tres o cuatro semanas de retraso con los casos de Ciudad de México, y al haber muchos casos en todo el mundo y aquí no, había cierta desconfianza de qué estaba pasando, pero nos dimos a la tarea de prepararnos, tener la mayor cantidad de insumos, equipo y medicamento.
La segunda etapa fue un poco más dura, porque fue cuando se presentaron los casos importados, casi siempre de gente extranjera o de personas con familiares extranjeros, había presión, por así decirlo, por los casos nuevos. Había mucho miedo de enfrentar algo que no conocíamos del todo.
Y la tercera etapa, que es la que vivimos ahora, la de estudiar todos los días, ver qué sale nuevo, tratamientos que en un inicio resultaban ser muy prometedores y ahora no lo son y lo más relevante, es que los casos ya despuntaron, estamos ingresando un promedio mínimo de seis pacientes con síntomas covid-19 diarios, y casos asintomáticos que llegan por otras enfermedades pero resultan positivos.
¿Ha cambiado su vida desde la pandemia?
La vida familiar, personal y laboral ha cambiado desde la presencia de la pandemia, tenemos una Clínica de Atención de Medicina Familiar que por ahora está en pausa por la cantidad de pacientes críticos de covid-19, con el fin de evitar la mayor cantidad de contagios y la exposición de este virus.
Como médicos hemos perdido horas en familia, de sueño y de convivencia con amigos, hablo por muchos compañeros intensivistas, neumólogos, internistas y en general de todos los médicos de primer contacto.
En tres palabras, ¿cómo definiría esta pandemia y qué podemos hacer para evitar contagios?
En tres palabras: catastrófica, triste y de oportunidades. Desgraciadamente hasta no tener una cura esto va a seguir siendo muy letal y triste, pero de las crisis hay que sacar oportunidades, como mejorar los sistemas de saneamiento de los hospitales, procesos de organización y sobre todo, de razonar y racionar los recursos.
Hay que ayudarnos para ver qué aprendimos para las próximas situaciones y para evitar el contagio por covid-19, se recomienda usar el cubrebocas, hay un estudio que dice que la mejor manera de disminuir hasta un 70% el riesgo de contagios a nivel mundial es usar cubrebocas, además hay que hacer algo de ejercicio, comer bien y dejar de lado las preocupaciones, porque todo esto pasará.
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