Un niño apegado a la religión que acostumbraba ir a misa los domingos a la iglesia de Dinamita, Durango, así habla Mirna Hernández Pérez sobre Francisco Javier Alvarado Cordero, su nieto de 10 años de edad quien desde hace tres meses fue diagnosticado con cáncer con metástasis en su pierna izquierda y desde hace alrededor de 20 días se encuentra internado en el Hospital Universitario de Torreón.
Francisco Javier no es la primera vez que enfrenta una prueba difícil, pues hace cuatro años vivió el fallecimiento de su madre por cáncer y hace un año el de su padre por problemas respiratorios aunque no se confirma covid-19. En ese momento se tuvo que trasladar desde Tijuana, Baja California en donde vivía con su progenitor, a la comunidad de Dinamita de Gómez Palacio, Durango para estar al cuidado de su abuela, junto con otra de sus cinco hermanos, una adolescente de 15 años de edad.
La pesadilla que vive la familia actualmente comenzó al parecer por un problema que no tenía importancia, Mirna Hernández relata que cuando llegó empezó a notar que el menor se caía constantemente e inclusive ella le decía que “si no levantaba bien los pies al caminar”, sin embargo la señora relata que para ella, el tumor se despertó cuando el pequeño empezó a acudir a los brincolines a la hora de salir de misa los domingos, pues con el dinero que le daba para que se comprara algo al terminar la eucaristía, prefería pagar el tiempo para saltar.
“Brincó y brincó, le despertó el tumor… le agarró el dolor ahí, en su pié, me decía “me duele me duele”, ya lo llevé con el doctor Martínez el de la (clínica) San José, quien fue el que le descubrió que traía un tumor en el hueso” enfatizó.
Agregó que fue precisamente este médico que le ayudó a ingresarlo al Hospital Universitario, debido a que no contaban con seguridad social.
Mirna Hernández de 60 años de edad con diabetes e hipertensión, se traslada de Dinamita al Hospital Universitario todos los días, para ella su principal fuente de ingreso es con la realización de rifas, a lo que se dedica desde hace alrededor de veinte años, pero ahora ante el complicado panorama los recursos son insuficientes para atender las necesidades del niño.
Luego de darse a conocer el caso de Francisco Javier por las redes sociales, la ayuda ha llegado y padrinos han pagado la realización de estudios que requiere como la tomografía con un costo de 6 mil 900 pesos, la cual se la realizaron de manera gratuita con el apoyo del doctor Armando Flores Mena, además el mismo personal del Hospital Universitario, como doctores, enfermeras y de administración han aportado para el caso de Francisco Javier.
Sin embargo, aún falta un proceso complicado como son las quimioterapias, las cuales también representan un costo importante para la familia del menor, dinero que no tienen.
Ante esta situación la abuela Mirna Hernández, requiere el apoyo económico para poder costear las quimioterapias que continúan como parte del tratamiento de su nieto, así como también solicita la ayuda de la ciudadanía para la donación de sangre de cualquier tipo.
¿Cómo ayudar?
Para las personas que deseen donar, el Hospital Universitario abrió un número de cuenta para la cual pueden contactarse a los teléfonos; 8717134416 y 8717134468 en donde serán atendidos por el área de Trabajo Social.
CALE