El 5 de febrero de 1917, en Querétaro, nacía la Carta Magna; un siglo después, la Constitución Política de Ciudad de México, redactada por una Asamblea Constituyente, surgida 20 años más tarde de que se eligiera al primer jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas, quien en 1987, junto con Porfirio Muñoz Ledo y otros prominentes políticos, formarían la Corriente Democrática, escindida del Partido Revolucionario Institucional; luego, en el Frente Democrático Nacional aglutinarían a diferentes fuerzas, incluidas las izquierdas, y un partido político.
Y ahí, en el Palacio del Ayuntamiento, repleto de invitados, estaban los dos personajes, ex miembros torales del Partido de la Revolución Democrática, junto al también ex perredista Alejandro Encinas, presidente de la Mesa Directiva de la Asamblea Constituyente, acompañado de Muñoz Ledo; ambos, designados por el jefe de Gobierno de la CdMx, Miguel Ángel Mancera, quien, luego de reconocerlos como parte del histórico momento, además de Ifigenia Martínez, mostró el documento, miró a los convocados, jaló aire y estampó su firma en el decreto.
"Porque así como el 5 de febrero de 1917 significó un antes y un después para México, así también el 5 de febrero de 2017 será recordado como un parteaguas para la capital del país", dijo el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, mientras Mancera, antes de iniciar su discurso, saludó de manera especial a "tres personajes, quienes se han distinguido por la perseverancia, por la manera de realizar la defensa permanente de la ciudad, y de buscar su mejor espacio, su construcción, su edificación dirigida siempre hacia el progreso".
Y después de mencionar al ingeniero Cárdenas, el primero de los tres personajes aludidos, presente en el apretujado Patio Oriente del Antiguo Palacio del Ayuntamiento, se escuchó la primera ovación, la más larga de la mañana, seguida del nombre de Porfirio Muñoz Ledo y de "doña Ifigenia Martínez", añadió el jefe de Gobierno, en referencia a la perredista —ella sí, aún— y remachó: "muchas gracias, Ifigenia Martínez, por estar con nosotros, muchas gracias"
Muy temprano inició el arribo de invitados especiales y parte de los 100 constituyentes, menos los 21 de Morena, y el primero en hacer uso del atril fue Encinas, quien dijo que la Constitución Política de la CdMx era el resultado de una obra colectiva, y abundó: "Viene ahora la parte más difícil, que es hacerla realidad, que se cumpla, que los derechos que ahí se establecieron sean derechos para todas las personas, porque esta ciudad debe ser para el goce, para el disfrute y para el progreso de todos los que habitamos en ella"
Nuestro territorio, "este espacio vital de convivencia, está en un nuevo momento de su evolución, en el que ganó un lugar en la República, en la soberanía nacional, en la Constitución federal; ha definido su nombre: Ciudad de México; ha definido su vocación: ciudad de derechos y de libertades", dijo Mancera Espinosa, quien aceptó tomarse fotos y recibió y felicitaciones; de ahí se trasladó, acompañado de Encinas y Osorio Chong, entre otros, a la Sala de Cabildos Francisco Primo de Verdad, donde estallaron los flashes durante la foto institucional.
Minutos después, seguido de colaboradores, algunos constituyentes, simpatizantes y legisladores perredistas, caminó hacia un templete montado en el zócalo, a tiro de piedra, desde donde habló frente una multitud integrada por miembros de la Alianza de Organizaciones Sociales, quienes ondeaban banderines y coreaban su nombre ("pre-si-de-nte"), mientras agradecía la presencia de personajes y aseguraba que esa "era la fiesta de la Constitución, la primera de la Ciudad de México".
También hablaron Muñoz Ledo —"la Constitución es un escudo de los ciudadanos"— Dolores Padierna —"nunca más los indígenas estarán al margen"— y Encinas —"ahí están los sueños y aspiraciones de los capitalinos"—, y al final cada quien partió hacia diferentes rumbos. En el trayecto a su oficina, el jefe de Gobierno repartió saludos y aceptó fotografiarse con algunos seguidores.