La tradición apícola en México es una de las mejores y con mayor producción en el mundo. Para Hilda Pérez, fundadora de Abeja Reyna, la oportunidad de comenzar a innovar con productos convencionales fue una de las mejores ideas para destacar el potencial de la famosa miel de abeja.
Con la necesidad y la pasión de Hilda por crear oportunidades de empleo y crecimiento para mujeres de entre 40 y 70 años de edad, junto con su familia, comenzó a impulsar el valor agregado de la miel por medio de productos de belleza como cremas, champús y jabones, y en el sector de salud y nutrición con jarabes y una innovadora miel en polvo.
El equipo se conforma 90 por ciento de mujeres, quienes le dan su toque único a cada producto, ya que son elaborados artesanalmente. Todo es a mano desde el más minucioso detalle, como el llenado de cada producto, el colocar una etiqueta o hacer el moño de un listón.
Como toda startup, comenzaron probando sus productos con amigos y familia, llevando a cabo focus groups para ver la aceptación y retroalimentación de toda la experiencia. Orgullosamente se puede decir que Abeja Reyna no hace pruebas en animales y cuentan con un certificado de calidad y buenas prácticas de manufactura apícola con el que validan su proceso.
Puedes encontrar sus productos en toda la República Mexicana, ya que suman 22 distribuidores y más de 300 puntos de venta alrededor del país; en su página web, Amazon y en cadenas comerciales.
Tienen presencia directa en 26 ciudades, desde Tijuana hasta Cancún y en Estados Unidos venden su miel en polvo en Texas y California.
Entre los reconocimientos que los han puesto en la mira se encuentra su exitosa participación en #Las30deForbes y el premio Adolf Horn. Cada una de estas experiencias les ha permitido conocer a extraordinarias personas, excelentes empresarios y ver, desde otros ojos, el crecimiento de su empresa y de su talentoso equipo.
