El regreso del LPGA Tour a México no solo representa un hito deportivo, también es un reflejo del impulso que vive el golf nacional. Así lo asegura Fernando Lemmen Meyer, presidente de la Federación Mexicana de Golf, quien no escatima en palabras al hablar de lo que este 2025 significa para el deporte de los bastones en nuestro país. Y no es para menos. Este año, México ha sido sede —o lo será en los próximos meses— de todas las giras más importantes del golf internacional: PGA Tour, Korn Ferry Tour, PGA Tour Américas, Legends Tour y LPGA Tour.
"Tener al LPGA, que es la máxima categoría, es un placer y un incentivo para todos nuestras golfistas. Es muy importante para el golf mexicano tener este tipo de eventos", señaló."Es un año inédito. Nunca habíamos tenido a todas las grandes giras del mundo en el país. Es señal del crecimiento y la seriedad con la que estamos trabajando".
Pero Lemmen Meyer sabe que el espectáculo no es suficiente. La apuesta a largo plazo pasa por formar nuevas generaciones, por abrir el golf a quienes históricamente han estado fuera de su radar. De ahí nace el proyecto más ambicioso de la Federación: la Escuela Nacional Pública de Golf.

"Ya abrimos dos sedes y estamos por abrir otras dos. Queremos cerrar el año con 15 escuelas públicas, y para el siguiente año tener al menos una en cada estado del país.
Lugares como Iztapalapa o el Comité Olímpico Mexicano han sido clave para probar que el golf sí puede atraer multitudes, aun cuando los estigmas lo ubican como deporte exclusivo o de élite. “La respuesta ha sido muy fuerte. La gente tiene interés en conocerlo, en probarlo. El problema es que en México no hay espacios para practicarlo… pero los estamos construyendo.”
Y no habla de campos de golf completos. La visión es mucho más aterrizada. “No estamos pidiendo campos de 18 hoyos. Lo que necesitamos son espacios pequeños, donde podamos instalar una zona de práctica, un putting green, lo suficiente para que un niño o niña se acerque por primera vez al deporte. Así empezó Japón, por ejemplo.”
Ante la comparación con Corea del Sur, donde el golf es prácticamente un fenómeno nacional liderado por mujeres, Lemmen Meyer es honesto: “Allá es el deporte nacional. Nosotros tenemos deportes como el fútbol, que nos encantan, pero también podemos jugar golf, también podemos abrirnos a otras disciplinas.”
El México Riviera Maya Open at Mayakoba trajo a ocho niñas mexicanas a competir, algo que no pasó desapercibido para el presidente “Tenemos un semillero fuerte. Cada vez hay más niños y niñas compitiendo en categorías infantiles y juveniles. Este tipo de torneos les muestran que sí se puede.”
Y aunque el proyecto de las escuelas suena ambicioso, Lemmen Meyer asegura que no ha sido tan complicado como muchos podrían imaginar.
“Cada vez que presentamos el proyecto a un gobierno estatal o municipal, nos dicen que sí. Sinaloa, Nayarit, Puebla, Guerrero… todos han mostrado interés. Solo se necesita voluntad y algo de apoyo privado. Estamos avanzando.
Mientras las jugadoras más destacadas del mundo caminan por los fairways de Mayakoba, en varios rincones del país un niño o una niña puede estar haciendo swing por primera vez. Y si algo queda claro es que el golf mexicano ya no es un deporte del futuro. Es del presente.
RGS