El mundo de los deportes siempre está al acecho de un panorama cambiante en cuanto a jugadores, entrenadores y firmas, pero los rumores de expansiones de ligas son los que, sin duda, captan en mayor medida la atención de los aficionados y los expertos, quienes echan a volar la imaginación para tratar de adivinar qué es lo que procede.
Las Grandes Ligas de beisbol, como uno de los pilares no solo del deporte, también de la cultura popular en Estados Unidos, está cada vez más cerca de enfrentarse a ese dilema: ¿Hace falta una expansión? ¿Es tiempo de ver más equipos y más ciudades participantes?
Con el comisionado Rob Manfred al frente, el beisbol profesional de Major League Baseball se encamina hacia un futuro que podría alterar no solo el número de equipos, sino también la estructura misma del juego.
La noción de expandir la MLB a 32 equipos ha sido un tema recurrente en los últimos años, pero ha cobrado un nuevo impulso con los recientes comentarios de Manfred y el progreso en la resolución de los problemas de estadios para los Rays de Tampa Bay y los Athletics de Oakland.

El 17 de agosto, durante una entrevista durante la transmisión del Sunday Night Baseball de ESPN desde Williamsport, Pensilvania, Manfred no solo reafirmó su deseo de ver crecer a MLB, sino que también destacó un punto crucial que a menudo se pasa por alto: la oportunidad de una reorganización geográfica.
“Creo que si nos expandimos, tendremos la oportunidad de realinearnos geográficamente”, dijo Manfred en vísperas de la Serie Mundial de Ligas Pequeñas. Esta declaración, que ha repetido en ocasiones anteriores, subraya una visión estratégica para el futuro de las Grandes Ligas. La meta es mitigar el desgaste de los viajes para los peloteros y crear un formato de playoffs más atractivo para la televisión, eliminando los molestos juegos en horario nocturno para una de las costas en Estados Unidos.
El ejemplo clásico que Manfred ha citado es el de un enfrentamiento hipotético de postemporada entre Anaheim y Boston, que obliga a un mercado a ver el juego demasiado temprano y al otro demasiado tarde. Con una reorganización, la liga podría asegurar que los enfrentamientos de postemporada, especialmente en las Series Divisionales, sean geográficamente coherentes, maximizando así la audiencia.
Para esto Manfred ha fijado una meta ambiciosa: seleccionar las sedes de los dos nuevos equipos antes de su retiro en 2029. Sin embargo, esto no significa que los equipos jugarán de inmediato; la expansión es un proceso a largo plazo que implica la negociación del próximo Acuerdo de Negociación Colectiva (o CBA, por sus siglas en inglés), el cual expira el 1 de diciembre de 2026, además de la construcción de estadios en las ciudades elegidas.
La tarifa de expansión, aunque no se ha revelado un número específico, se espera que sea “un número que comienza con una ‘B’”, lo que sugiere una cifra multimillonaria que podría superar los 2 mil millones de dólares, ya que debemos recordar que en Estados Unidos, un billion es equivalente a mil millones.

La carrera por ser parte de las Grandes Ligas
A pesar de que el proceso formal de licitación no ha comenzado, una media docena de ciudades ya se encuentran en una intensa carrera para demostrar su valía. La urgencia es real, ya que los grupos de inversión y las ciudades potenciales saben que resolver los problemas de bienes raíces y financiamiento es un requisito fundamental.
Como señaló John Loar, director gerente de Music City Baseball en Nashville, en entrevista para The Athletic, estar tres años por delante del proceso de expansión es “un requisito absoluto” para construir un estadio y un desarrollo de uso mixto circundante, similar al complejo de The Battery en Atlanta.
Estos son algunos de los contendientes que han resonado para quedarse con una franquicia en el mejor beisbol del mundo:
Nashville
Considerada por muchos como la principal candidata en la Costa Este de los Estados Unidos. Una encuesta de jugadores de la MLB en 2023 reveló que el 69 por ciento la veía como la mejor opción de expansión.
La ciudad tiene una sólida base de aficionados al beisbol gracias a su equipo de Triple-A (los Nashville Sounds) y la poderosa Universidad de Vanderbilt. El grupo Music City Baseball ha estado construyendo la marca de los Nashville Stars, un nombre que rinde homenaje al equipo de la Negro League de la ciudad.
A pesar de que aún no tienen un socio general o un sitio para el estadio, han identificado dos ubicaciones potenciales en el condado de Davidson. La ciudad musical se presenta como una opción obvia, pero el desafío de asegurar el sitio del estadio y la financiación sigue siendo una prioridad crítica para resolver en este proceso.

Orlando
A diferencia de otras ciudades, Orlando se presenta como una solución potencial en caso de que los Rays se muden de Tampa. El grupo Orlando City Baseball Dreamers afirma haber asegurado más de 3 mil millones de dólares en financiamiento. Su sitio preferido para un estadio abovedado de 45 mil asientos está en un distrito turístico, cerca de parques temáticos y hoteles.
La ciudad confía en que su posición de liderazgo en el mercado y su progreso la colocarán en una posición ventajosa para una franquicia, ya que en estos momentos se han perfilado como una ciudad exitosa en términos deportivos, con la continuidad que ha tenido Orlando Magic en la NBA.
Raleigh
La capital de Carolina del Norte tiene el respaldo de un nombre importante: Tom Dundon, propietario de los Carolina Hurricanes de la NHL. Dundon ha expresado su gran interés en ser dueño de un equipo de las Grandes Ligas en la ciudad y podría impulsar esta candidatura.
El grupo está en las primeras etapas de planificación, buscando sitios para estadios y modelando cifras de ventas. La comunidad ha mostrado un apoyo unánime, lo que se ha visto reforzado por el respaldo del gobernador del estado, Josh Stein.
La proximidad de Raleigh a la sede de los Hurricanes y la posibilidad de unirse a un nuevo distrito de entretenimiento le dan una ventaja sobre Charlotte, otra ciudad potencial en el estado y que ya cuenta con los Carolina Panthers en NFL y Charlotte Hornets en NBA.
Salt Lake City
Una de las principales opciones en la Costa Oeste de los Estados Unidos. El grupo Big League Utah cuenta con un amplio apoyo político, un mercado en crecimiento, un sitio masivo para el estadio y una familia propietaria con décadas de experiencia en deportes profesionales: la familia Miller, que poseyó en su momento al Utah Jazz de NBA.
El proyecto incluye hasta 900 millones de dólares en fondos públicos para la construcción del estadio. La familia Miller, que vendió al Jazz en 2020 por 1,660 millones de dólares, tiene una larga historia de estabilidad y éxito que puede ser atractiva para el beisbol organizado.
El plan es que el estadio sea la pieza central del distrito de 100 acres de Power District, un desarrollo de 3.5 mil millones de dólares que avanzará independientemente de la expansión de la MLB, lo que elimina gran parte del riesgo para el comisionado y los dueños.

Portland
Después de años de búsqueda, el Portland Diamond Project ha asegurado un acuerdo de compra para Zidell Yards, una parcela de 31 acres (aproximadamente 12.5 hectáreas) frente al mar cerca del centro de la ciudad.
La legislatura de Oregón ha aprobado un proyecto de ley que podría proporcionar hasta 800 millones de dólares en bonos para la construcción del estadio. El principal desafío para Portland es asegurar un inversionista principal para el proyecto, aunque el fundador del grupo, Craig Cheek, asegura estar en conversaciones activas y avanzadas con múltiples partes para que Portland tenga más que solo a los Trail Blazers en el basquetbol profesional, las propiedades universitarias, los Hillsboro Hops en ligas menores y a los Timbers en MLS.
Austin
La Austin Baseball Commission se encuentra en una fase inicial, pero ve una gran oportunidad para las Grandes Ligas en una de las ciudades de más rápido crecimiento en Estados Unidos. El CEO, Matt Mackowiak, ha propuesto unir los mercados de Austin y San Antonio en un solo mercado de beisbol, similar a lo que los Spurs de la NBA han hecho.
El grupo está buscando tres sitios potenciales para el estadio cerca del aeropuerto de Austin y cree que, con el inversionista principal, el paquete de incentivos y el plan de estadio correctos, tienen una muy buena oportunidad para entrar en la década de 2030.
¿Qué desafíos y oportunidades podrían presentarse?
Más allá de los esfuerzos individuales de cada ciudad, el camino hacia la expansión de las Grandes Ligas está plagado de desafíos. El tema ha avanzado de forma lenta, pese a que otros cambios, como la tecnología de la zona de strike y las apuestas deportivas, se han implementado más rápidamente.
La última expansión de la MLB ocurrió en 1998, cuando los Arizona Diamondbacks y los Tampa Bay Rays se unieron a las Grandes Ligas, lo que supone más de 30 años sin cambios significativos en el circuito, hasta ver si el deseo de Manfred llega a materializarse o no.
El futuro de la MLB está atado a dos factores cruciales que Manfred ha señalado repetidamente: la resolución de la situación del estadio para los Rays y los Athletics, que pasarán a ser de Las Vegas en 2028, de acuerdo con las previsiones. Una vez que estos problemas se resuelvan, la oficina de MLB podrá centrar su atención en la expansión.
Sin embargo, incluso cuando se dé la luz verde en la expansión, el proceso no será sencillo. La construcción de un estadio de clase mundial, que a menudo incluye un desarrollo de uso mixto para generar ingresos adicionales, es una empresa masiva que requiere una planificación estricta y una inversión considerable que no todos tendrán la capacidad de asumir.

Además, la reorganización geográfica que Manfred anhela no solo reduciría los viajes, sino que también podría revitalizar las rivalidades divisionales y crear un formato de postemporada más emocionante. Si la MLB llega a 32 equipos, esto podría derivar en una reestructuración de ocho divisiones de cuatro equipos cada una, como sucede con la NFL, lo que permitiría una estructura de playoffs más equitativa y geográficamente lógica.
En la teoría, esto podría llevar a que los enfrentamientos de la Serie Mundial sean aún más espectaculares, con los mejores equipos del Este y el Oeste compitiendo por la gloria del trofeo del comisionado.
Pero no debemos olvidar que la expansión de las Grandes Ligas no es una cuestión de un “sí”, sino de “cuándo”. Con el comisionado Manfred fijando un plazo y múltiples ciudades mostrando una intensa dedicación para unirse a las filas de la MLB, el escenario está preparado para un cambio monumental.
Si bien Nashville y Salt Lake City pueden ser las ciudades favoritas, cada urbe tiene un caso sólido para presentar, por lo que próximos años serán fundamentales para determinar qué franquicias serán las que se sumen y den forma al futuro de las Grandes Ligas, el llamado “pasatiempo nacional” de los Estados Unidos.
MGC