La puesta en escena "Un tranvía llamado deseo" del dramaturgo Tennessee Williams, se presentará el próximo 2 de septiembre en el Teatro Isauro Martínez, así lo dieron a conocer en rueda de prensa celebrada en dicho recinto, donde estuvieron presentes la actriz Marina de Tavira, el actor lagunero Rodrigo Virago, así como el productor David Castillo y el director Diego del Río.
Gracias a un sueño individual de cada integrante que forma parte del proyecto teatral, es como lograron hacer sinergia, y a través de la magia del teatro, un sueño colectivo lo transformaron en un emocionante viaje.
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"Sueños con un proceso completamente retador, amoroso, profundo, es una obra que se volvió historia, también fue una película que marcó una época de la actuación hollywoodense, no quisimos replicar la manera en la que siempre se ha venido contando la historia, sino lo más interesante que tiene el teatro es la posibilidad de diálogo entre épocas, van a ver una obra completamente diferente de 'Un tranvía llamado deseo', en donde se pondera la potencia de las relaciones humanas, no romantizando la obra, encontrando todos los matices de la complejidad humana, Tennessee Williams es el gran autor del teatro norteamericano, y la manera en que la que escribe, y la manera en que este grupo toma sus palabras para volver real la experiencia para el espectador, creo que ha vuelto una puesta en escena con una experiencia para el público profundamente emocional y sensorial, muy emocionados de venir a este teatro tan bonito estoy impresionado por su belleza", manifestó el director Diego del Río.
El productor David Castillo aseguró que está muy contento por pertenecer a este grupo creativo que integra esta puesta increíble, mientras que Marina de Tavira agradeció la presencia de los medios de comunicación, ya que son una fuente importante para que se ocupen las butacas del teatro.
"Estoy muy emocionada de estar aquí en Torreón, de alguna manera tengo una relación teatral especial con este lugar, uno de los maestros más queridos de teatro era de aquí, se llamaba Rogelio Luévano, una persona fundamental en mi formación teatral y siempre le tendré un enorme cariño".
Recordó que hace algunos años tuvo la oportunidad de participar en una obra en esta ciudad, "vine como en el 2018 a este hermosísimo teatro, le tengo mucho cariño a este lugar, celebro mucho la provocación de Rodrigo de traernos a esta ciudad, que también nos ha regalado grandes actores, estoy muy contenta poder venir con esta obra, es muy especial en muchos sentidos, desde el texto, una obra icónica, teníamos el deseo de algún día retarnos con estos personajes emblemáticos, pero además se generó un grupo hermosísimo, una experiencia teatral de esas que hay pocas, llevo casi 30 años de hacer teatro y puedo decir que los momentos teatrales como este no suceden cada vez".
Personificar en la obra a Blanche DuBois, para Marina es un reto enorme, "es como llegar a un punto de tu vida teatral muy importante, es un personaje que es un laberinto, por eso las grandes actrices que lo han interpretado, son a las que les brindo homenaje, meterse a un personaje no es sólo una oportunidad como actrices sino un pozo infinito, tus posibilidades son múltiples, y Diego sin duda, fue el director que tenía que ser para poder dirigir esta obra, para llevarnos a un lugar de honestidad teatral. He visto como el público sale conmovido de lo que pasa, reflejado de su propia experiencia humana, y esta obra es sin duda un espejo al que les invito reflejarse, porque es hermoso, conmovedor y fascinante".
Diego compartió que en el primer ensayo puso a los actores a improvisar la obra completa, "aunque la historia se ha contado muchas veces, la manera en la que nosotros jugamos el punto de vista de todos estos mirones, las personas que miran la presencia extraña de esta hermana, Blanche la hermana de Stella, ellos miran y hay un espacio expresivo que el público lo vive, no nada más con la distancia sino con la inversión de sentirte parte de la misma experiencia, porque subimos al escenario a gran parte del público, la iluminación tiene unos juegos impresionantes, los actores nunca salen de escena, desde el principio hasta el final , la obra empieza con la llegada de Blanche y termina cuando se va, una experiencia de colectividad donde el público termina siendo la pieza final para entrar en este engranaje".
Para el lagunero Rodrigo su personaje se ha convertido en uno de los más emblemáticos, "el teatro genera familias, y es lo que hemos logrado y me genera mucho orgullo, estoy muy contento de traer esta obra a mi tierra, una gran experiencia la familia que se ha creado".
Sin duda alguna, esta puesta se convierte en un gran espacio que lleva a la empatía, por lo que Diego del Río asegura que, "permite conectar contigo mismo, con tus sombras, no es un melodrama donde hay víctima y victimario, no, es una obra donde todos juegan ese rol doble al mismo tiempo, el autor le da al clavo donde construye personajes que son personas en toda su dimensión expresiva y nuestra tarea en cada función es que eso pase, con la mayor realidad posible, que el teatro no sea una anécdota sino una experiencia que se está viviendo", finalizó.
aarp
