Cultura

“La llamada de mi ex” de Diana Salazar

La maestra Diana Salazar y el maestro Ariel Barrera nos hablan de los procesos creativos y las inspiraciones detrás de “La llamada de mi ex”

El reconocido compositor Ariel Barreras nos presenta “La llamada de mi ex”, una pieza musical profundamente emocional que nace de una vivencia personal e inesperada. La canción se gestó a partir de un momento íntimo: al escuchar, por casualidad, las primeras palabras de una conversación entre su pareja y su ex, una frase lo impactó de forma irreversible “¿Qué diablos quieres?”. Esa expresión, tan directa y cargada de tensión, quedó grabada en su mente como una especie de eco emocional.

Acostumbrado a transmitir mensajes positivos y esperanzadores en sus composiciones, este giro hacia una inspiración más cruda y emocional representó un cambio significativo en su proceso creativo. Se trataba de un momento donde la llamada “música alterada” (caracterizada por su intensidad emocional, ritmos acelerados y temáticos relacionados con el desamor y el descontrol) comenzaba a tomar fuerza en el gusto popular. Ante esta tendencia, Ariel se preguntó si era posible explorar los mismos sentimientos de pérdida, traición o confusión amorosa, pero desde una perspecta diferente. El resultado fue una obra que no sólo conecta con quienes han vivido una ruptura, sino que también invita a mirar hacia adentro y reconocer nuestras propias heridas.

"La llamada de mi ex" de Diana Salazar
"La llamada de mi ex" de Diana Salazar

La maestra Diana Salazar nos muestra a una mujer enfrentándose a su propio reflejo en un espejo roto. Esta imagen representa tanto un estado emocional como un conflicto psicológico. El espejo fragmentado se convierte en un símbolo de la identidad resquebrajada, de los vínculos amorosos que nos rompen, pero también de la posibilidad de recomponernos. Cada pedazo refleja una parte distinta de nosotras y nosotros mismos, una versión del pasado, del presente y del deseo de reconstrucción.

El entorno que rodea a esta figura femenina está compuesto por círculos, elementos que nos remiten a la idea de los ciclos: amor y desamor, unión y separación, entrega y vacío. A través de estos círculos, la artista nos habla de un triángulo amoroso que va más allá del drama romántico para convertirse en una metáfora de la repetición emocional en la que muchas personas se ven envueltas. Salazar sugiere que, muchas veces, estos ciclos no son inevitables, sino que elegimos permanecer en ellos, ya sea por miedo, por costumbre o por la esperanza de que algo cambie.

La combinación entre la música de Barreras y la obra visual de Salazar es una invitación a reflexionar sobre nuestras relaciones, a reconocer las emociones que negamos y, sobre todo, a comprender que incluso un espejo roto puede ser una oportunidad. Una oportunidad para reconstruirnos desde la reflexión, la música o el arte.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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