A lo largo de una década la compañía Cirko de Mente ha desarrollado espectáculos en los cuales confluyen las posibilidades expresivas que ofrece la interacción sin límites del circo con el teatro, el cabaret y la música, y de esta disciplina toman estilos o formas que van del jazz a las obras de concierto, pasando por el rock y las tradiciones sonoras de nuestro país.
El proyecto fue creado por Andrea Peláez y Leonardo Constantini; actualmente se desarrolla a partir de dos líneas de trabajo, una corresponde a las presentaciones en diversos foros del país o del extranjero, mientras la otra es la capacitación de nuevos intérpretes en el espacio denominado Karpa De Mente, lugar donde imparten cursos y diplomados encaminados a profesionalizar las artes circenses en México.
Los integrantes de la compañía son acróbatas de piso, aéreos y malabaristas, quienes para narrar sus historias gustan de provocar emociones en el espectador en vez de representar anécdotas de manera lineal; por ello, constantemente aparecen suspendidos en el aire por arneses especiales para interpretar coreografías llenas de técnica y movimientos impactantes. Sus espectáculos al aire libre son un tanto distintos a los desarrollados en teatros cerrados, pues en este caso ejecutan impresionantes acrobacias, en las que participan también payasos o músicos. El resultado es un tipo de espectáculo escénico de estilo circense lleno de actualidad temática y estética.
En ocasión del décimo aniversario de Cirko de Mente, Andrea Peláez comentó que para celebrarlo han creado el espectáculo Arizona, experimento circense postnuclear, que es una historia poco común en el panorama actual del arte escénico, pues se ubica en el año 3 mil 89, en esa época los espectáculos han desaparecido debido a la aguda recesión provocada por la vigésimo tercera guerra mundial. La única productora sobreviviente a los años de gloria del entretenimiento decide crear el montaje más raro y extravagante de la historia, para lo cual convoca a una poco ortodoxa audición televisiva en la cual pueden participar representantes de todos los planetas de la galaxia…
“A lo largo de estos 10 años hemos encontrado que combinar los cursos o diplomados con las presentaciones crea un equilibro entre la teoría y la práctica, al tiempo de que nos permite ser creativos y mantenernos al día respecto al contenido temático de nuestros proyectos. Por ejemplo, en Arizona, experimento circense postnuclear incluimos elementos de malabarismo, acrobacias con estilo excéntrico, juegos aéreos, cabaret, pero en esta ocasión los combinamos con la ciencia ficción, que es un tema al cual nunca antes nos habíamos acercado, pero que es tremendamente contemporánea y nos ha dado mucha libertad expresiva. La obra se presentará los lunes, a las 20:30 horas, hasta el próximo 7 de abril en el Teatro Helénico. Gracias a este proyecto hemos tenido la oportunidad de experimentar con elementos muy variados a partir de investigaciones o búsquedas artísticas propias, conjugando técnica y formación circense con elementos provenientes de expresiones como el cabaret europeo, la música o el teatro, incluso ha sido inevitable tomar influencia de la danza y las artes plásticas.
“Nuestra obra de aniversario es un juego de espejos entre el presente y el futuro, cuya intención es la de criticar lo que pasa en este momento en el mundo, con la violencia y las guerras, así como al propio mundo del espectáculo; es una reflexión acerca de lo que nos puede ocurrir de seguir las cosas como van. Pero a partir de un discurso ligero, divertido y dirigido a toda la familia, siempre hemos estado interesados en ofrecer propuestas interesantes que agraden y hagan pensar al espectador de cualquier edad. Para ello recurrimos a la combinación de elementos provenientes del circo y del cabaret, que han sido una característica en nuestra producción. El público se ha identificado muy bien con nosotros desde nuestros inicios, cuando éramos los únicos con una propuesta de este tipo en el país, y nos presentábamos sobre todo en plazas o jardines y la mayoría de los asistentes nunca habían presenciado una propuesta así; desde entonces nos hemos dedicado a la formación de público para el circo contemporáneo en comunidades aisladas del país o en zonas del Distrito Federal donde la oferta cultural es prácticamente nula”.
Un elemento central en el discurso de Cirko de Mente es que el lenguaje corporal demuestra su universalidad y sus posibilidades expresivas, pues se convierte en una experiencia única que marca profundamente la memoria del espectador.
En Arizona, experimento circense postnuclear, por ejemplo, los personajes vuelan por los aires para compartir atrayentes ejecuciones, que atrapan por completo la atención y transportan al espectador a ese imaginario momento en el que los acróbatas crean un espectáculo que sorprende y provoca las más grandes emociones.