Ciudad de México /
Ahora que te vas haciendo pequeña, que te has vuelto garabato humo de lejos, ahora me dueles por lo que no has sido: ni hogar ni perla ni herencia,
ahora te clavas con tu ruido que insulta, con tus volcanes que quieren resucitar para comenzar de nuevo y no pueden volar, con tu manía de quebrar dientes, tejer coronas, asesinar aves, ahora, ciudad, quisiera amarte, ser lanza y desviar tu ruta, quisiera que emigraras al edén que fuiste, ahora, te amo y no, porque nunca fuiste mía, como el amante al que se quiso amar y no se pudo y se abandona, contemplando en silencio su lluvia de pedazos de carne.
AQ