Ciudad de México /
Ciento cuatro ahuehuetes azules sobreviven.
Nobles viejos de hidrógeno y oxígeno,
aún saben cuándo el maíz será propicio
o el año tal de cierta hambruna.
Dan fe de que justo allí,
en el silencio murmurante
donde fusionaron sus raíces,
hubo una vez un lago
donde la luna se bañaba
de cuerpo entero.
AQ