Hay que caminar por un callejón estrecho desde la calle Tres Cruces en Coyoacán para encontrar Casa SnowApple. Detrás del portón se abre un jardín espléndido cuyo verdor parece ahuyentar el ruido del barrio: es una invitación para quedarse. A la derecha se alza una casa de madera diseñada por Alejandro Prieto, arquitecto del emblemático Teatro de los Insurgentes.

Antigua residencia del compositor Carlos Chávez, este espacio es ahora un punto de encuentro para la creación literaria y multidisciplinaria. El legado de sus antiguos habitantes sugiere que su destino no podía ser otro. Cada habitación conserva vestigios del pasado: closets originales, vinilos antiguos y muebles diseñados específicamente para el espacio conviven con libros y obras de arte donados por las residentes. Aquí se han dado cita autoras y artistas de diversas partes del mundo para desarrollar sus proyectos durante breves pero intensas estancias.
“Cada persona que entra aquí deja su huella”, explica Adriana Chow, directora operativa. Durante festivales, la casa se transforma con luces, proyecciones multimedia y performances que la vuelven un escenario cambiante.
Este verano, Casa SnowApple celebra la sexta edición de su residencia literaria. Durante dos semanas, siete escritoras provenientes de México, Cuba, Irlanda, Alemania y los Países Bajos compartirán techo y procesos creativos. Han sido invitadas a indagar cómo su proyecto se cruza con la idea de rewilding —volver a ser indomable— y qué significados sociales puede adquirir esa noción en el contexto de su obra. Con ello, se busca que cada trabajo individual dialogue con una pregunta común: ¿qué implica reconstruir el futuro desde lo salvaje?
La diversidad entre las participantes es notable: Elaine Vilar Madruga explora la violencia a través de la poesía y el terror; Hannah van Binsbergen mezcla economía, política y experimentación lingüística; Gabriela Jáuregui alterna géneros en una obra que se interesa, entre otras cosas, por el archivo, el extractivismo y las violencias; Katie Julie Goh profundiza en catástrofes imaginadas; Franziska Gänsler aborda tensiones contemporáneas; Jumko Ogata Aguilar escribe desde una perspectiva antirracista; y Fernanda Latani, geógrafa zapoteca, reflexiona sobre emociones y territorio.
Paulina Lobo Salgado, coordinadora de residencias artísticas de la casa, enfatiza que aunque breve, la residencia optimiza cada día con talleres, charlas, retroalimentaciones y actividades culturales por la ciudad.

Compartir el silencio
La escritora mexicana Diana del Ángel, participante de la residencia a inicios de 2025, describe su estancia como una experiencia profundamente reveladora. Trabajó en un poemario sobre feminicidios de niñas, utilizando registros sonoros capturados en lugares donde fueron encontrados los cuerpos. Diana subraya que el silencio ofrecido por Casa SnowApple fue esencial para abordar un proyecto emocionalmente complejo. “Necesitaba compartir mi proceso para asegurarme de que estaba en el camino correcto”, dice.
Un momento particularmente significativo, recuerda, fue cuando una compañera se permitió compartir su bloqueo creativo. Esta confesión generó una conversación franca sobre el síndrome del impostor y los procesos truncos . “A veces pensamos que solo somos valiosas cuando producimos, pero estos espacios nos permiten entender que la creación tiene muchos tiempos y formas”, reflexiona la autora de Periferia y Procesos de la noche.
La convivencia diaria ayuda a crear un ambiente cercano y cómodo. “Desde los detalles del menú hasta los horarios adaptados a nuestras necesidades, todo ayudó a sentirnos bien recibidas”, agrega Diana. La comodidad propicia la escritura y genera vínculos duraderos entre las habitantes de la casa.
Además de las residencias, Casa SnowApple organiza actividades culturales que buscan descentralizar la oferta cultural tradicional de zonas como Roma y Condesa. Ofrecen clases abiertas al público de yoga, flamenco y burlesque, además de talleres documentales que abordan temas como la violencia de género y el racismo.
Recientemente inauguraron un estudio de grabación para producir podcasts y contenidos que amplíen el archivo cultural generado en el lugar. “Queremos conservar la memoria sonora, que la gente pueda escuchar lo que aquí ocurre y se dice”, afirma Adriana Chow.

Para quienes visitan Casa SnowApple, lo más valioso es la oportunidad de conectar con una forma de creación más auténtica, alejada del ritmo frenético del exterior. La casa permite desacelerar y recuperar algo que a menudo nos resulta inadvertido en la cotidianidad: la capacidad de escuchar y crear sin presiones.
La sexta edición de la residencia literaria de Casa SnowApple cerrará el viernes 18 de julio con una lectura abierta al público. A las 19:00 horas, las autoras participantes presentarán fragmentos de sus textos. La cita es en la sede del proyecto, ubicada en Calle Tres Cruces 83, en la colonia Santa Catarina de Coyoacán.
El programa incluye música en vivo a cargo de Jennifer Rosado y un set de Gabriela Jauregui, quien también participa como residente, bajo el seudónimo DJ Marranis. El evento marca el cierre de dos semanas de trabajo colectivo y ofrece un espacio de encuentro entre creadoras y lectores al sur de la Ciudad de México.

ÁSS