En la pequeña Sala Alternativa La Grulla de Casa de la Cultura de Ciudad del Carmen, Campeche, se viene desarrollando un trabajo hermoso, apoyado con decisión desde la Dirección de Cultura de este municipio, que comanda Ylda Elena López Aboites. En el que fuese un salón donde se enseñaba teatro de esta edificación antigua, con arquitectura decimonona, levantaron a punta de esfuerzo y algunos apoyos este pequeño foro para 40 personas que se vuelve un refugio para la agrupación Origami Teatro, pero que recibe a grupos del estado, de México y de otros países para animar un municipio pesquero y petrolero con bajo consumo cultural. En días pasados tuve la fortuna de disfrutar de Ni tan pareja ni tan abierta, una adaptación a varias manos, bastante libre, a la obra Pareja abierta del Premio Nobel Dario Fo.
La dirección es de Alexander Paján, egresado de la Escuela Superior de Arte de Cuba, que lleva ya 20 años residiendo en Ciudad del Carmen. Este maestro cambió una gran insularidad por otra más pequeña, se enamoró de México dedicándose a la formación de nuevas generaciones de teatristas carmelitanos y los resultados se ven en esta puesta en escena con dos actores muy potentes: Néstor Solana y Abigail Ortiz. Esta última, además, tiene dotes de productora y maestra de los grupos juveniles, amén de su enorme capacidad histriónica. La dramaturgia colectiva le saca el tuétano, por decirlo de alguna manera, al original para traernos una hilarante reflexión sobre los límites de la pareja, el heteropatriarcado que exige la apertura de la cónyuge femenina para aceptar los deslices del varón que, por su lado, no tolera el ejercicio de una sexualidad libre por su contraparte. Origami Teatro ha hecho un ejercicio de síntesis que funciona muy bien con el público carmelitano y seguro que también con el de otros lugares. La puesta en escena de Alexander Paján es precisa, minimalista al extremo y con un trabajo actoral donde cada intención, cada texto, cobra su significado pleno para convertirse en una cuchillada.
Hermosa realidad
“Una creencia popular japonesa asegura que haciendo mil grullas de papel se alcanza larga vida y felicidad”, nos anuncia en su programa de trabajo Origami Teatro, que ha llevado a La Grulla a convertirse de un sueño en papel a una hermosa realidad como Sala Alternativa para el beneficio del arte escénico y sus públicos en Campeche.