“Yo no tengo miedo a mi muerte, pero a la de otros sí. Yo no le tengo miedo a verle, directo a eso donde irían sus ojos, pero no quiero morirme así como lo ando haciendo, sin bailazos, sin corridas de toros/salida en hombros, jodidazo. Irme así, reduciendo como jaboncito pendejo toda la vida, porque el que no quiere progresar en su vida o muerte es porque no quiere. Quiero bañarme contigo: avandarearte, turibusearte más. Y entonces esto: o me mato o me matas tú, o el chifonier Dios”, escribió Antonio Calera-Grobet (1974-2025) en su poema “Dios árbol del hule”, incluido en Xajays, libro con ilustraciones del artista Daniel Lezama.
El escritor, editor y promotor cultural se encontraba de vacaciones en Puerto Progreso, Yucatán, se metió al mar, pero no pudo salir; fue rescatado, sin embargo, desgraciadamente murió el sábado 16 por la tarde.

La poeta Melisa Arzate, pareja de Calera-Grobet, dice a MILENIO: “Fue un hombre absoluto, siempre hambriento, siempre insaciable. Dedicó su vida a la promoción cultural, a la escritura, al pensamiento y las artes. Aborrecía la mediocridad y el conformismo; por eso luchó contra viento y marea por hacer sus sueños realidad, sueños que siempre incluían a otros, eran políglotas y plurales. Un hombre generoso y grande. Se va habiendo cumplido más sueños que muchos y los anhelos que a tantos llenaron de esperanza y júbilo. Queda mucho por hacer, siguiendo su ejemplo, en su memoria: mucho por hacer por la cultura de un país que ambos amamos”.
Su generosidad
Entre varios proyectos, Calera-Grobet fue editor de Mantarraya Ediciones, colaborador de Notivox y fundador del proyecto La Chula. Foro Móvil, una biblioteca rodante, así como de la Hostería La Bota.
“Siempre admiré la intensidad con que Antonio Calera-Grobet vivió la cultura. Nos entristece la noticia de su fallecimiento; Calera-Grobet fue un traficante de ideas como escritor, editor, periodista cultural e incansable promotor de cultura", dijo a Notivox Nahum Torres, editor en Ediciones Periféricas.
"Su labor en ese rubro tuvo la fuerza de un reactor en la Ciudad de México (que, de alguna manera, quedó registrada en su novela Rambler), con Hostería La Bota como epicentro, La Chula como foro móvil, la editorial Mantarraya como impulsora de obra emergente y el festival Poesía por Primavera como celebración de la literatura mexicana, iniciativas de las que fue un frontman inigualable. Fue autor de una docena de libros de narrativa, crónica, ensayo y poesía. En Ediciones Periféricas publicamos su último libro: Xajays (2023)”,
La poeta Rocío Cerón comentó a MILENIO: “Vale la pena hablar sobre él como autor, poeta, narrador, y sobre todo también como su enorme y grandísima generosidad para abrir espacios independientes de la poesía para la poesía, para los autores, más allá de Poesía por Primavera y de La Chula, del Foro Móvil del Zócalo, hablar justamente de los otros espacios como lo que hizo con Raúl Zurita, el apoyo en las ediciones, en Mantarraya o las coediciones que hizo como el primer libro de Manuel Vizcaya”.
Cerón dijo que lo conoció hace más de 25, “cuando Carla Faesler y yo teníamos Motín Poeta, y él estaba abriendo en Casa Vecina, la primera versión de La Bota, e hicimos muchas veces actividades conjuntas, y para mí siempre fue un aliado, un cómplice y un amigo queridísimo, siempre apoyando, también beligerante y discutiendo sobre las cosas que no estaban bien, que no eran correctas, sobre las prácticas culturales que estaban erradas o que se podrían mejorar”
La poeta dice que tenían largas discusiones y conversaciones sobre el tema cultural, “sobre cómo hacer que la poesía estuviese en más espacios, que estuviera presente en los espacios públicos, también en los libros, que los libros estuvieran como en el caso de La Bota, que estaban ahí, a la entrada justoy tenían ocupado en un lugar preponderante. En fin, nos va a hacer mucha falta la presencia de Antonio Calera-Grobet en toda la escena cultural, artística y poética de nuestro México”.
Las despedidas
Amigos y la comunidad cultural se manifestaron ante la inesperada noticia del fallecimiento de Calera-Grobet.
Inti Muñoz, especialista en temas culturales, fue uno de los primeros en lamentar la muerte del autor y posteó el siguiente mensaje: “Hermano mío. Grandísimo Antonio Calera-Grobet. El mejor de todos nosotros. ¿Cómo imaginar esta ciudad y su poesía sin ti? ¿Cómo el devenir y las palabras que alumbran los caminos? ¿Cómo entendernos sin el hogar que ha sido tu vida y los espacios construidos por ti para tanta humanidad?”
La Universidad Nacional Autónoma de México lamentó la muerte del poeta con el siguiente mensaje: “Generoso, persistente e inquebrantable, el poeta, editor y promotor cultural Antonio Calera-Grobet trabajó de manera independiente para impulsar la literatura de los márgenes. Con su foro móvil, el legendario bar Hostería La Bota, en el Centro Histórico, sus comilonas colectivas y sus festivales de poesía, se convirtió en epicentro de la creatividad. Despedimos a un hombre que hizo de la cultura un ejercicio colectivo y amoroso”.
El autor Hernán Bravo Varela escribió: “Conocí al poeta, narrador, editor y promotor cultural Antonio Calera-Grobet hace 28 años, en los pasillos de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Él estudiaba la licenciatura en Ciencias de la Cultura y yo, Literatura y Ciencias del Lenguaje. Desde entonces nos hicimos amigos y, con su generosidad acostumbrada, me invitó a ser cómplice de sus muchas y brillantes iniciativas que incluyeron revistas, libros, festivales, un foro móvil de lectura y el legendario bar cultural La Bota. Gracias por tanto, querido hermanito. Un abrazo con gran dolor a mi querida Melisa y al resto de su familia. Y, claro, a toda una generación de poetas, artistas y lectores a la que obsequió su amistad e imaginación a manos llenas”.
Guillermo Fadanelli escribió en sus redes sociales: “La muerte de mi querido amigo, Antonio Calera-Grobet, (en caso de que sea cierta) me hace pensar en la vida placentera de mil rufianes que nos hacen más amarga la vida. Nos veremos pronto, querido amigo. Aquí o allá; siempre sin planearlo, como lo acostumbrábamos”.

BSMM