Detrás de un arco conmemorativo tradicional, cerca de un estanque verde, se ven casas blancas con tejados grises. Es el jardín de la provincia de Anhui, en el este de China, en la Exposición Internacional de Horticultura Beijing 2019.
El jardín tiene una superficie de unos 3.000 metros cuadrados. Ansiosos por exponer una visión hacia la cultura única de la provincia, los diseñadores han intentado recrear sus casas antiguas para los visitantes internacionales.
Abierto del 29 de abril al 7 de octubre, el evento ha atraído la atención internacional, en un espacio de 503 hectáreas en el distrito de Yanqing, en las afueras del norte de la capital china, justo al lado de la Gran Muralla.
A lo largo de sus 162 días, la exhibición busca dejar una huella en la memoria de un número esperado de 16 millones de visitantes nacionales y extranjeros con una vasta colección de plantas, flores y cautivadores pabellones, así como con innovadoras ideas para el desarrollo ecológico.
Más de 110 países y organizaciones internacionales, así como más de 120 expositores no oficiales, han confirmado su presencia, lo que constituye la participación más alta en la historia del certamen.
Más de 2.500 eventos culturales, como desfiles y concursos de horticultura, se celebrarán durante la exposición. Muchos de los países participantes también han seleccionado un "día nacional" para realizar eventos especiales en los que mostrarán aspectos destacados de su cultura.
Esta es la segunda vez que China celebra una exposición de horticultura de alto nivel. Kunming, una ciudad del suroeste, hizo lo mismo en 1999.
En el centro del área de la exposición se encuentra el Pabellón de China, un espacio ondulado en forma de "ruyi", un ornamento tradicional chino que simboliza la buena fortuna.
Las 31 regiones de nivel provincial de China, así como Hong Kong, Macao y Taiwan, no escatimaron esfuerzos para presentar sus elementos culturales más icónicos en las zonas externas de exhibición.
Otra área que sin duda concentrará las miradas de los visitantes es aquella que agrupa más de 40 jardines y pabellones construidos por expositores internacionales, adornados con lo más representativo de la cultura e historia de cada país.
El Pabellón de Azerbaiyán, por ejemplo, en forma de concha, simboliza el dinamismo y la pasión del país por el desarrollo y la innovación, según Narmin Jarchalova, directora del estand.
El jardín de Japón, a su vez, diseñado para presentar la quintaesencia de la jardinería nipona, dispone de un acogedor patio decorado con árboles, flores, rocas, cascadas y paredes de bambú.
Todos los pabellones y jardines de la exposición tienen diferentes atracciones para fascinar a los visitantes.
"La exposición de Beijing sirve como una plataforma para que los países participantes muestren los aspectos más distintivos de sus culturas", afirma Jiao Yutong, funcionario de la Oficina de Coordinación de la Exposición Internacional de Horticultura de Beijing.
Reino de plantas y flores
En un invernadero de 20 metros de altura que cubre 3.000 metros cuadrados, plantas raras como el sándalo rojo y la "ficus varietgata" están floreciendo en su nuevo hogar.
El Pabellón de las Plantas, uno de los principales de la expo, alberga cerca de 1.000 especies, incluidas más de 100 especies raras, comenta el gerente técnico del pabellón, Fu Zhongren.
La exposición de Beijing presenta una importante colección de flores, frutas, verduras y hierbas de todo el mundo, incluidas más de 1.200 especies de flores nativas de China.
Muestras de otras especies raras también han sido trasplantadas desde diferentes rincones de China para impresionar a los visitantes a la exposición.
La actividad de Beijing "atraerá muchos visitantes, quienes aprenderán sobre la importancia que tienen para sus vidas las plantas y la forestación", dice el secretario general de la Asociación Internacional de Productores Hortícolas, Tim Briercliffe.
Expo verde
El tema de esta exposición es "Vivir verde, vivir mejor", concepto que se ha plasmado a cabalidad en el diseño de los jardines y pabellones.
El Pabellón de China está diseñado como una estructura protegida por la Tierra. Con la mayoría de sus salas de exhibición integradas en terrazas artificiales, tanto el calor como la humedad se conservarán mejor en el pabellón, explica Jing Quan, del Grupo de Diseño e Investigación de Arquitectura de China.
La irrigación de las terrazas está soportada por un sistema de recolección de aguas lluvias en el techo y un estanque subterráneo de almacenamiento, revela Jing, y añade que en el techo de acero de la estructura también han sido instalados más de 1.000 paneles fotovoltaicos para utilizar la energía solar.
"Aprovechando las condiciones naturales para ahorrar energía, el diseño del pabellón incorpora los conceptos arquitectónicos tradicionales chinos y la sabiduría china", destaca.
Durante la planificación y construcción del sitio de la expo, los 50.000 árboles existentes en la zona fueron conservados y se convirtieron en la premisa del diseño. Entre tanto, se plantaron más de 100.000 árboles y arbustos adicionales para mejorar las condiciones de los humedales, purificar el agua y proporcionar hábitats para las aves migratorias.
"A pesar de los costos, hemos logrado proteger los árboles. Esto es lo que importa, ya que la ecología es lo primero", manifiesta Zheng Shiwei, diseñador jefe del pabellón.
Los residuos de construcción, como piedras y fango, también fueron aprovechados, y con ellos se construyeron muros, caminos y una colina de 25 metros de altura desde cuya cima los visitantes pueden ver toda el área de la exposición.
Junto a la muestra se encuentra el Parque Forestal del río Guihe, con más de 100 tipos de plantas, aves e insectos. Una zona de protección separa la expo y el parque, a fin de que estas especies no sean molestadas.
"La exposición de horticultura de Beijing provee una excelente oportunidad para mostrar al mundo los pensamientos más actuales y las últimas ideas sobre cómo las plantas y los paisajes pueden hacer la vida mejor", sostiene Tim Briercliffe.