Cultura

Said Dokins transforma la escritura en un acto vivo en su exposición 'Inscripciones' en el Laboratorio Arte Alameda

Artes visuales

La muestra propone una reflexión crítica sobre los gestos de inscripción como actos de presencia, resistencia y reconfiguración del espacio urbano.

En el Laboratorio Arte Alameda, en el Centro Histórico de Ciudad de México, se presenta la exposición Inscripciones, del artista internacional y calígrafo contemporáneo Said Dokins.

La muestra, organizada por la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura en colaboración con la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tecnológico de Monterrey, propone una reflexión crítica sobre los gestos de inscripción como actos de presencia, resistencia y reconfiguración del espacio urbano.

Bio_res_crituras me enseñó que somos organismos holobiontes: no un cuerpo unitario sino una comunidad de más de 38 billones de células microbianas que coexisten con nuestras 30 billones de células humanas en constante reescritura,” explicó el artista.

En este proyecto, uno de los tres que conforman la exposición, Dokins trabaja con bacterias y organismos recolectados en la ciudad para crear escrituras vivas que se transforman a lo largo del tiempo, desafiando toda noción de control autoral y proponiendo la vida como una forma de inscripción primigenia.

La exposición se compone también de Desplazamientos, una instalación site-specific en los muros del antiguo templo del Exconvento de San Diego, visible únicamente bajo luz ultravioleta. Resultado de caminatas nocturnas por el entorno inmediato del museo, esta pieza condensa la carga afectiva y simbólica del espacio urbano a través de gestos caligráficos que emergen solo bajo ciertas condiciones de percepción.

“La noche es cuando la ciudad se desnuda de su máscara principal… caminas sobre múltiples ciudades superpuestas. Desplazamientos intenta capturar esa revelación nocturna,” señaló Dokins.

En colaboración con Leonardo Luna, el proyecto Heliografías de la memoria presenta fotografías lumínicas tomadas durante recorridos nocturnos frente a monumentos históricos, donde Dokins traza letras en el aire que son capturadas por largas exposiciones fotográficas.

'Inscripciones' es un laboratorio en movimiento que entrelaza arte, ciencia, biotecnología y activismo urbano. (Foto: Leonardo Luna)
'Inscripciones' es un laboratorio en movimiento que entrelaza arte, ciencia, biotecnología y activismo urbano. (Foto: Leonardo Luna)

Estas imágenes, junto a videos documentales del proceso, pueden entenderse como acciones performáticas que reconfiguran temporalmente el valor simbólico de los espacios intervenidos.

Complementan así una narrativa que oscila entre lo efímero y lo persistente, entre lo visible y lo latente.

Dokins también plantea una crítica a los regímenes visuales de la ciudad, empleando tecnologías ópticas como la luz UV y la fotografía de larga exposición para alterar los modos tradicionales de percepción.

“Estas tecnologías me permiten tergiversar los principios que producen los sistemas de representación urbana… abrir condiciones de posibilidad de otros modos de inscribir,” afirmó, haciendo énfasis en la necesidad de subvertir la hegemonía sensorial que impone el neoliberalismo sobre el espacio público.

Inscripciones no es sólo una exposición, sino un laboratorio en movimiento que entrelaza arte, ciencia, biotecnología y activismo urbano.

Said Dokins no solo transforma la caligrafía en una práctica expandida, sino que crea una comunidad sensible que habita las capas de la ciudad desde una poética del gesto y la presencia. Su trabajo convoca a la reflexión colectiva y a la reapropiación simbólica de los territorios que habitamos.

Esta muestra, cargada de rigor conceptual y belleza visual, confirma a Dokins como una de las voces más lúcidas y visionarias del arte contemporáneo en México.

En diálogo con Inscripciones, el proyecto Gran Basamento de Deborah Castillo activa la Capilla de Dolores con una instalación performática inspirada en el basamento de Cuicuilco, donde lo político, lo ritual y lo escénico se entrelazan mediante actos colectivos como conciertos de ópera contemporánea y performances que tensionan discursos ideológicos. 

Por su parte, Ná’ Reza (Mano rota) de Ana Hernández recurre al comixcal, horno ritual del Istmo de Tehuantepec, para invocar memorias ancestrales y saberes comunitarios en torno al maíz, la tierra y los ciclos vitales, mediante esculturas cinéticas, video y barro. Ambas propuestas invitan a repensar el cuerpo, el territorio y la historia desde lo simbólico, lo ritual y lo político.

En su conjunto, las obras transforman al Laboratorio Arte Alameda en un templo contemporáneo. (Foto: Leonardo Luna)
En su conjunto, las obras transforman al Laboratorio Arte Alameda en un templo contemporáneo. (Foto: Leonardo Luna)

En su conjunto, estas obras transforman al Laboratorio Arte Alameda en una especie de templo contemporáneo: un espacio consagrado no a deidades antiguas, sino a la potencia simbólica de lo invisible—bacterias, memorias, cuerpos en desplazamiento y conocimientos ancestrales— donde la ciencia, el arte y la espiritualidad se entrelazan. Así, cada instalación funciona como un acto de comunión y resistencia frente a los sistemas hegemónicos de representación.

PCL

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