Yazmín ‘La Rusita’ Rivas se distingue por ser una persona muy positiva que nunca se rinde, siempre lucha por lo que quiere y lo consigue. Prueba de ello son los cuatro títulos mundiales que ha obtenido la lagunera, a lo largo de su carrera dentro del boxeo, un deporte en el que tuvo que abrirse paso en una época donde las mujeres tenían espacios muy restringidos.

Es originaria del ejido Las Playas, Durango, donde pasó su niñez de manera alegre, con unos padres que le dieron mucho amor. Aunque enfrentaron carencias económicas, la unión familiar fue clave para que ella pudiera escalar hasta donde se encuentra ahora. Afirma sentirse muy agradecida con la vida que le ha dado tanto a ella como a sus tres hermanos: Juan, el mayor; Abel, quien también fue boxeador; Sandy y Yazmín, la más pequeña.
Sus inicios
Su gusto por el boxeo nació gracias a la influencia de su papá, fiel seguidor de las funciones de box, pero sobre todo por su hermano Abel ‘El Ruso’ Rivas, quien fue peleador amateur. Verlo en acción la motivó.
“Lo vi como amateur y yo tenía esas ganas de hacer lo mismo, de estar sobre el cuadrilátero, así que les dije a mis papás que quería ser boxeadora y que iba a ser campeona mundial”.
En ese tiempo no era común ver a una mujer boxear, aun así insistió en entrenar hasta lograr el permiso de sus padres. Al principio fue complicado porque el boxeo femenil apenas comenzaba y ningún promotor se atrevía a darle la oportunidad. Además, no había rivales, por lo que no pudo hacer carrera amateur y tuvo que ir directamente al profesionalismo, debutando a los 13 años. Su rival fue Elena Deborah, de 23 años, del gimnasio ‘Gallito Juárez’, a quien venció en tan solo 30 segundos.
Su primer entrenador fue José García, en un gimnasio de la colonia Fidel Velázquez (Chapala), con quien estuvo año y medio. Después pasó a ser entrenada por Rafael Díaz, quien preparaba a su hermano Abel, que tuvo que dejar el boxeo debido a una lesión.
Primer título
A los 16 años conquistó el campeonato nacional y, a los 17, su primer título mundial de la AMB en peso supermosca. Posteriormente se coronó campeona en peso gallo del CMB y la FIB, además de lograr el cinturón mundial AMB en supergallo. También conquistó dos campeonatos internacionales, un campeonato plata y el título de la NAB.
La pelea que más satisfacción le ha dejado fue la que sostuvo ante Liliana Palmera en 2018, en Colombia, donde Rivas conquistó su cuarto título mundial. Con todo en contra, logró noquear en el quinto round.
“No soy noqueadora, pero me preparé para eso y lo pude hacer”.
Le costó mucho trabajo y esfuerzo abrirse camino en un deporte considerado cien por ciento masculino. En muchas ocasiones tuvo que entrenar con contendientes varones para hacer sparring, al no encontrar mujeres como oponentes. Muchos consideran que eso la fortaleció y la convirtió en una gran boxeadora.
Yazmín desarrolló su carrera admirando a su hermano en primer lugar, pues él fue la razón por la que quiso ser boxeadora al ver sus peleas. Después se inspiró en figuras como Julio César Chávez y Erik ‘El Terrible’ Morales.
La maternidad
A sus 37 años, Yazmín es mamá de tres hijos: la mayor de 16 años y dos varones de 5 años y 7 meses. Los considera su mayor logro en la vida. Alternar la maternidad con su carrera no fue fácil, ya que cuando su hija mayor aún no cumplía un año tuvo que dejarla al cuidado de sus padres o de su hermana para poder hacer campamentos en la Ciudad de México.
“Me alejaba de mi hija hasta por un mes; mis papás y mi hermana me ayudaban a cuidarla, pero yo no la pasaba bien, fue bastante complicado”.
Lo que la peleadora lagunera considera que ha aportado a su comunidad son esas satisfacciones al convertirse en campeona mundial. Le emociona que, hasta hoy, niños y jóvenes la vean como ejemplo. “Me dicen que gracias a mí se han superado, que encontraron en el boxeo el camino para alejarse de los vicios y la drogadicción”.
Como personaje reconocido en el deporte regional, Yazmín afirma que lo que más le gusta de ser lagunera es la calidez de su gente.
“Nos apoyamos unos a otros, hay mucho talento en el deporte, es un orgullo ser de esta tierra llena de personas alegres y echadas para adelante”.
Entre sus lugares favoritos de La Laguna están el cerro de la Pila y el cerro de las Noas, donde acostumbra ejercitarse y relajarse disfrutando la vista desde lo alto. En cuanto a la comida tradicional, es amante de las gorditas y el asado.
Considera que su generación ha influido de manera positiva en el desarrollo de la región. Cada quien, desde su área, ha aportado al crecimiento de La Laguna. En lo deportivo, asegura que ha habido buena representación tanto en lo amateur como en lo profesional, siempre con el deseo de que su tierra sea un mejor lugar para vivir.
Proyectos
Después de pausar su carrera en el boxeo profesional, se ha desempeñado como entrenadora amateur. Decidió enfocarse en trabajar con niños y jóvenes para guiarlos por el buen camino, prepararlos para torneos y brindarles una oportunidad que pueda cambiarles la vida.
Además, tiene en mente regresar al ring: planea sostener dos peleas más, una a finales de este año y otra el próximo, la cual marcaría su retiro formal como boxeadora profesional.
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