La ciudad de Puebla, por su ubicación geográfica y clima, resulta el lugar ideal para la creación de jardines polinizadores, santuarios que permiten proteger la biodiversidad, facilitan la reproducción de las plantas y favorecen la salud de las áreas verdes.
El desarrollo de estos espacios puede realizarse desde el mismo Centro Histórico de Puebla, que está por cumplir 500 años de historia, así como en sus alrededores.

Antonio Ferrer, responsable y promotor de las iniciativas “Árboles Patrimoniales de Puebla” y “Periferia Verde”, explicó que la creación de estos jardines surgió hace más de dos años, en diferentes puntos de la Angelópolis, con el objetivo de proveer alimento y refugio para especies polinizadoras como las abejas, mariposas, avispas y una amplia diversidad de insectos que ayudan a transportar el polen de una flor a otra, facilitando la reproducción de las plantas y la producción de frutos.
En entrevista para MULTIMEDIOS Puebla, Antonio Ferrer comentó que la creación de estos espacios surgió a partir de la importancia de fomentar la producción de alimentos, ya que muchos cultivos dependen de la polinización.
“Se encendieron las alarmas y se han generado iniciativas a nivel nacional e internacional para promover el tema de los polinizadores. No es un tema de ornato, no es un tema de moda, sino que es una estrategia que responde a una necesidad global y local”, señaló.
Especies nativas
Uno de estos jardines se encuentra en el Barrio de Analco, en el parque Jerusalem, donde organizaciones de la sociedad civil dedican su tiempo a generar condiciones para proteger a los polinizadores.
Antonio Ferrer, responsable y promotor de las iniciativas “Árboles Patrimoniales de Puebla” y “Periferia Verde”, explicó que la creación de estos espacios no solo implica la plantación de especies vegetales, sino que conlleva un proceso para la preparación del suelo con tratamientos de biocarbono, favorecidos con la temporada de lluvias.
A diferencia de otros espacios donde se plantan variedades de lavandas, romeros o bugambilias, en este parque se busca fomentar la polinización a través de especies nativas.
“Por ejemplo la lippia alba que tenemos en el parque Jerusalem, la diversidad de salvias. Hay una planta muy común en las áreas verdes de nuestra ciudad que es la mirabilis jalapa que es muy benéfica para algunas abejas particularmente las abejas carpinteras”.
La intervención en los parques, con apoyo de especialistas, así como organizaciones como Casa Analco, Construyendo Barrio y la propia comunidad, también permite proveer refugio para distintas especies.
“Comúnmente refugios de insectos que son construcciones compuestas de ramas, troncos, ladrillos de paja, de distintos materiales que sirvan de nicho para que ahí se metan reptiles e insectos. Entre el alimento, el refugio, y cuando es posible, el agua, se van generando condiciones propicias para que la fauna polinizadora tenga mayores condiciones de permanencia. Algo importante de mencionar es que la mayor parte de los alimentos que consumimos pueden llegar a nuestra mesa por los polinizadores”, comentó.
Intervención de espacios
Además del parque Jerusalem, también se intervienen jardines en la colonia Volcanes, así como en la Facultad de Arquitectura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), con el objetivo de revalorizar los espacios verdes, de fomentar la participación ciudadana e incrementar la presencia de la diversidad en áreas públicas.
“Necesitamos que los espacios también sean biodiversos. Si nosotros no plantamos flora silvestre, no plantamos la vegetación que les sirve de alimento a las abejas nativas y estaríamos contribuyendo a desplazarlas. Si en mi banqueta, en mi jardinera, en mi maceta, en lugar de tener vegetación ornamental empiezo a colocar vegetación silvestre nativa, vamos a ayudar a que Puebla sea una ciudad más sostenible, biodiversa y más sana”, comentó el especialista.
AAC