A inicios de julio, el caso de 'Sister Hong' conmocionó a China y gran parte del mundo. Jiao, un hombre originario de Nanjing fue arrestado por difundir los encuentros sexuales que había tenido con más de un centenar de hombres a los que conoció en apps de citas y redes sociales bajo una falsa identidad: la de una mujer.
Las imágenes difundidas en redes sociales evidenciaron cuál era la estrategia. Bajo una peluca, maquillaje, una mascarilla y prendas de vestir femeninas que cubrían gran parte de su cuerpo, el hombre de 38 años concretaba citas con otros hombres, en su mayoría jóvenes, que aceptaban tener relaciones sexuales casuales.
Aunque gran parte de la conversación en redes sociales se ha centrado en cuestionar si las víctimas de Sister Hong se percataron que en realidad era un hombre y decidieron quedarse, algunas personas apuntan una problemática de fondo: la violencia digital y las consecuencias detrás de ella.

La violencia digital
El caso de Sister Hong no solo expuso un elaborado engaño, sino que también abrió una conversación sobre las múltiples formas que puede tomar la violencia digital.
Aunque los casos de acoso digital, hostigamiento (stalking), la extorsión y la violencia discursiva en redes sociales son algunos de los casos más conocidos, el caso de Sister Hong representa dos tipos de violencia digital graves: la suplantación de identidad y la difusión de contenido íntimo sin consentimiento.
El datoLa definición
La violencia digital se define como el acto de causar daño psicológico, emocional o incluso económico a una persona mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación.
No obstante, la violencia que se registra en plataformas digitales y redes sociales también puede ser entendida como violencia sociodigital.
La doctora Aimée Vega, investigadora de la UNAM y especialista en estudios de género-feminismo que ha abordado la problemática de violencia en redes sociales, explicó la razón en entrevista para MILENIO:
"La violencia sociodigital está constituida por distintos actos cometidos, instigados o agravados en todo o en parte, a través de medios digitales como pueden ser red redes sociales, mensajería móvil, correo electrónico".
"La denominamos como tal como sociodigital porque entendemos que la violencia en el ámbito digital es un continuo de la violencia fuera de línea".
Esto quiere decir que, más allá de la violencia que se haya presentado “en línea”, las consecuencias llegan y se manifiestan también en la vida cotidiana de las víctimas.

Los distintos tipos de violencia digital
Claudia Jean Cortés, doctora en psicología y académica de la Facultad de Psicología de la UNAM, refiere la existencia de múltiples tipos de violencia digital:
"Abarca amenazas, omisiones, acoso, insultos, humillaciones, difusión de información personal, robo de identidad, invasión de la privacidad, vigilancia cibernética y distribuir material privado sin el consentimiento", declaró en entrevista para MILENIO.
La lista también incluye acciones que se pueden presentar de manera cotidiana, como:
"Extorsión, proliferación de rumores, exclusión social de grupos virtuales, revisión de correos electrónicos o mensajes de texto, así como robar contraseñas de redes sociales".

Las consecuencias psicológicas de la violencia digital
Aunque muchas veces se piensa que la violencia digital “no es tan grave” por no implicar contacto físico, especialistas advierten que sus efectos pueden ser igual de devastadores.
Pese a que la violencia a través de redes y plataformas digitales también presenta un marcado sesgo de género y las consecuencias no son las mismas para hombres que para mujeres, Aimée Vega indica que la violencia sociodigital tiene consecuencias muy destructivas en la salud emocional de las víctimas.
Entre ellos, se encuentran:
- Depresión
- Ansiedad
- Aislamiento sociales o rechazo de redes de apoyo
- Tendencia a conductas de riesgo, como consumo de alcohol, tabaco o drogas
- Estrés postraumático
- Baja autoestima
- Alteración del sueño
- Deterioro de la productividad
- Deterioro de capacidad

La académica Claudia Cortés advierte que el daño psicológico también puede manifestarse a través de sentimiento de tristeza, sensación de paranoia e incluso en síntomas físicos.
"Interfiere en la vida cotidiana y también puede manifestarse como problemas físicos: pérdida o aumento de peso, alteraciones en los patrones de sueño, falta de energía, dermatitis, dolor de estomágo e incapacidad para concentrarse”.
Otra dimensión del problema es la exposición mediática. En varios casos, como el de Manti Te’o — jugador de fútbol americano engañado por un hombre que se hizo pasar por su novia— , las víctimas terminan siendo objeto de burla pública.
¿Cómo se castiga la violencia digital en México?
La violencia digital es un fenómeno creciente en México.
A medida que las redes sociales y las plataformas digitales se expanden, los casos de acoso en línea, difusión no consensuada de contenido íntimo, suplantación de identidad y ciberacoso han aumentado, afectando gravemente la salud mental y emocional de las víctimas.
En México, la violencia digital se encuentra regulada principalmente por la Ley Olimpia, creada en 2019 y nombrada así en honor a la activista Olimpia Coral Melo, quien se enfrentó a la difusión no consentida de un video íntimo.

El objetivo principal de esta ley es proteger los derechos de las personas frente a la difusión no consensuada de contenido íntimo, particularmente en el ámbito digital.
Esto incluye videos, imágenes o audios de carácter sexual que sean compartidos en plataformas en línea sin el consentimiento de la persona involucrada.
No obstante, la doctora Aimée Vega indicó que, durante su discusión, se hicieron diversas advertencias sobre que la Ley Olimpia solo incluya una de al menos 25 conductas asociadas a la violencia digital, por lo que aún hay un largo camino por recorrer.
RMV.