Este año se están detectando casi 78 nuevos casos de depresión por semana entre la población tamaulipeca, de manera que hasta septiembre se tiene ya un acumulado de 3 mil 040 diagnósticos en 2022.
La Secretaría de Salud del gobierno federal, informó que a la semana 39 del año se ha atendido por esta causa a 2 mil 193 mujeres y 847 hombres, pues el padecimiento afecta en mayor medida al género femenino.
Es decir, en números redondos, siete de cada diez pacientes que llegan a clínicas y hospitales por este problema de salud son mujeres y tres forman parte de la población masculina.
Los 3 mil 040 casos acumulados hasta la semana epidemiológica número 39, representan un incremento del 14.5 por ciento respecto al mismo periodo de 2021, pues entonces solo había 2 mil 655 registros.
Divididos entre las 39 semanas, corresponde a un promedio de 77.95 casos, de acuerdo con los datos estadísticos de la dependencia federal a través de su boletín epidemiológico.
El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, con el fin de aumentar la conciencia de estos padecimientos y que tanto el gobierno como la sociedad les brinden la importancia debida.
“Es una oportunidad para visibilizar las enfermedades mentales y todo lo que falta por hacer, pues ha sido un tema que pocas veces se voltea a ver y las estadísticas del sector salud son apenas la punta del iceberg ya que la mayoría de la gente no pide ayuda”, afirmó el psicólogo Ricardo Flores.
Se trata del principal problema de salud y primera causa de ausencias laborales en el mundo, produciendo pérdidas económicas que lastiman las finanzas del propio enfermo principalmente y de su hogar, y en casos extremos orilla al suicidio.
“La gente no se ha recuperado aún de todos los impactos que trajo la pandemia de covid-19 en la salud mental y emocional, por todo lo que se vivió y que es de sobra conocido, no hay recuperación porque no hubo políticas públicas enfocadas a su atención”, apuntó el especialista.
La depresión es una enfermedad que afecta a cualquier persona, no respeta edad, género ni condición socioeconómica, y si no se recibe el tratamiento necesario, puede producir dificultades para desarrollar las actividades cotidianas y complicar el trato con familiares, amigos y compañeros de escuela o trabajo y hasta poner en peligro la vida.
SJH