Sobre la avenida Pino Suárez, autos y camiones pasan ante una peregrinación que avanza al compás semilento de los tambores. Algunos automovilistas accionan el claxon, otros lanzan algún insulto porque los matlachines detienen el tránsito.
A partir de octubre, la ciudad ve danzar a miles de personas que mantienen su fervor hacia la Virgen de Guadalupe, a la que celebran cada 12 de diciembre en el Santuario de la colonia Independencia.
En promedio, cada año más de mil 600 agrupaciones de danzantes peregrinan hacia la Basílica de Guadalupe, según cifras de los administradores del templo.
Los matlachines parten desde cinco puntos “oficiales”, estipulados por la Secretaría de Seguridad Pública y Vialidad de Monterrey, pero la verdad es que hay peregrinos que llegan desde estados vecinos y el sur de Texas.
“Es la fiesta principal dedicada hacia la Madre de Dios como mexicanos, donde la afluencia de gente es mucha ya sea que vengan del área metropolitana o, bien, incluso de otros estados”, indica Édgar Cruz del Ángel, vicario de la Basílica de Guadalupe.
Hasta el viernes, el registro indicaba que mil 300 peregrinaciones estaban programadas para visitar el Santuario hasta la celebración del próximo 12 de diciembre.
Una tradición cultural
Los grupos de matlachines que acuden a la Basílica son, por sí mismos, un reflejo cultural de la comunidad.
Existen los grupos tradicionales que visten su falta de carrizos de plástico, sus huaraches con suela de lámina y su tocado, haciendo vibrar sus sonajas y sus arcos al ritmo del tambor.
Pero el universo es amplio pues ahora es posible ver a jóvenes con trajes de indios apaches, payasos, monstruos o incluso representando a las culturas prehispánicas de México bailando para la Virgen de Guadalupe.
“Por diversas cuestiones hoy vemos que muchas danzas ya no traen el tocado tradicional, entonces ahora recurren a otros prendas, pero eso va surgiendo dependiendo las necesidades del grupo”, menciona Jaime Guerrero Hernández, investigador y fundador del Ballet Magisterial de la Sección 21 del SNTE.
La "Danza de Palma" y la de "Matlachines" son las más tradicionales entre las agrupaciones de Monterrey y su área metropolitana. Sin embargo, la primera ha sido desplazada, o bien, se ha generado una fusión entre ambas.
A don José Jacinto de la Rosa "don Pepino" se le reconoce como uno de los iniciadores de la “Danza de Palma” en Monterrey, quien acompañado de su violín tocaba sones y jarabes acompañando a los matachines a mitad del siglo pasado.
“La danza de don José Jacinto de la Rosa es la más tradicional de Monterrey, que tanto José Raymundo y sus hermanos han mantenido la tradición de las danzas, incluso ya vienen los nietos. Entonces la tradición se mantiene”, agrega Guerrero Hernández.
El elemento del violín ha sido prácticamente olvidado en las danzas de matlachines en Monterrey, pues ahora solo son acompañados por el sonido de los tambores, las sonajas y el producido por el movimiento de sus pies.
“Hoy las danzas se acompañan solo del tambor porque no hay quién ejecute el violín, porque es un instrumento un poco más complicado para ejecutarlo y por ello se ha ido quedando afuera”, refiere el también coreógrafo.
Un amor patenteConforme se acerque la fecha de la celebración a la Virgen de Guadalupe, las agrupaciones de danzantes hacen mayor presencia en la Basílica procediendo de todos los rincones del área metropolitana.
“A pesar del tiempo, de las situaciones que pasen en la ciudad, o en la misma persona, esta fiesta nunca va pasar desapercibida. Vamos a cumplir 500 años de las apariciones de la Guadalupana y la fiesta no pierde vigencia”, apunta Édgar Cruz del Ángel.
Para el vicario de la Basílica de Guadalupe no hay distinción de clases sociales, edades o géneros en quienes acuden a peregrinar o en una danza para esta celebración.
Las agrupaciones de danzantes, o matlachines, llegan a la Basílica ya sea por ser una tradición familiar, porque pertenecen a una parroquia o grupo religioso, o bien son contratadas por empresas o partidos políticos.
“Vienen niños con sus padres, o bien, ya los hijos con edad que traen a sus papás ya mayores y los acercan al altar para dar gracias. Lo mismo pasa con los danzantes, nos encontramos desde niños hasta adultos mayores que vienen a la celebración”, indicó.
La misa solemne a la Virgen de Guadalupe será presidida por el Arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, a las 23:00 del 11 de diciembre a la cual está invitada la población, que año con año colman la Basílica.
Una fiesta de fe y veneraciónLa madrugada del miércoles se conmemorará a la Virgen de Guadalupe, que la tradición mexicana indica su última aparición a Juan Diego en el monte del Tepeyac, un 12 de diciembre de 1531. Este día. la Basílica vibrará con miles de feligreses, quienes tendrán como fondo la música de los tambores y el sonido de los huaraches de lámina que el baile cadente de los matlachines ha generado año con año.