Un movimiento tan simple como agacharse para desconectar un cable de su computadora cambió para siempre la vida de Erick Daniel Mendoza Olvera, un diseñador gráfico de 33 años. Sintió una especie de “descarga eléctrica” que recorrió su columna hasta los glúteos.
“Creí que era ciática porque me costaba incorporarme. Pero al día siguiente ya no podía mover nada de la cintura para abajo, mis piernas quedaron totalmente flácidas”, recordó aquella ocasión del 2024.
"El diagnóstico fue devastador: infarto medular, una lesión poco frecuente que interrumpe la comunicación entre el cerebro y los músculos. “Pasé de caminar a no poder sentarme sin ayuda. Dependía de mi familia para todo. La espasticidad (rigidez) en mi pierna derecha era tan fuerte que quedaba rígida como un palo”, explicó.

Luego de investigar, se encontró con Exopulse Mollii, un traje de neuromodulación diseñado en Suecia para pacientes con lesiones neurológicas y con el cual recupera parte de la movilidad pérdida.
“Cuando me lo pongo, siento cosquilleos por todo el cuerpo. Es como si las piernas despertaran. A los 10 minutos ya noto que mis músculos responden mejor, y después de una hora puedo levantarme sin tanta dificultad. Es algo que dura varios días”, aseguró Erick.
“Después de una sesión, puedo pasar del sillón a la cama sin que me carguen, y hasta mantenerme de pie unos segundos. Para mí, esos segundos significan recuperar dignidad”, relató Erick.
Y es que con la lesión se volvió dependiente para todo debido a la espasticidad y el dolor.
“Hoy no solo puedo sentarme solo, pasar de la silla a la cama sino mantenerme de pie unos segundos. Son cosas que otros no notan, pero para mí lo significan todo”, comentó Erick.
Su rehabilitación combina sesiones con el Exopulse Mollii, fisioterapia diaria y ejercicios de fuerza.
“Cuando me lo quito, siento que el cuerpo sigue respondiendo mejor por días. Es como volver a conectar con mis piernas.”
¿Cómo funciona exactamente el traje?
El Exopulse Mollii es un sistema portátil de neuromodulación que estimula los músculos mediante impulsos eléctricos de baja frecuencia, suaves y no invasivos.
Dentro del traje, 58 electrodos, distribuidos en una chamarra y un pantalón, estimulan hasta 88 músculos de forma simultánea, a diferencia de las terapias tradicionales donde los electrodos se colocan manualmente, un proceso lento que puede durar más de una hora.

Juan Manuel Guevara Zárate, especialista en Medicina Física y Rehabilitación, explicó: “La neuromodulación que ofrece este traje no solo reduce la espasticidad, también ‘enseña’ al músculo a trabajar con su opuesto. Con sesiones de una hora, el paciente gana movilidad que puede durar hasta 72 horas. Es como darle al cuerpo un recordatorio de cómo moverse.”
Su función consiste en activar los músculos antagonistas (los opuestos a los rígidos) para inducir una relajación en los espásticos; mejorar la comunicación nerviosa y la circulación en zonas afectadas, facilitando los movimientos voluntarios.
Además, reduce el dolor neuropático y la rigidez, lo que permite que la fisioterapia posterior sea más eficaz.

El tiempo de colocación es de cinco a 10 minutos con ayuda de un terapeuta. Y el inicio de respuesta empieza desde los 10 minutos, cuando los músculos empiezan a relajarse y a responder.
La sesión dura de 45 a 60 minutos. Una de sus cualidades es que tiene efecto prolongado, es decir, la movilidad mejorada puede mantenerse de 48 a 72 horas.
Impacto y ventajas sobre otras terapias
El Exopulse Mollii no sustituye la rehabilitación tradicional, sino que la complementa.
- La fisioterapia por sí sola puede verse limitada por la espasticidad y el dolor, lo que impide realizar ejercicios más complejos.
- Con el traje, los músculos se relajan, se reducen las contracturas y el paciente aprovecha mejor cada sesión física.
- A diferencia de los fármacos antiespásticos o inyecciones de toxina botulínica, el Mollii no tiene efectos secundarios sistémicos.
“Es un potenciador de la rehabilitación”, explicó Guevara. “No es un sustituto de la terapia física, sino una herramienta que la hace más efectiva. Si el músculo está rígido, la fisioterapia es limitada. Con el traje, el músculo está relajado y listo para trabajar.”
México y las enfermedades neurológicas
En México, miles de personas viven con secuelas de accidentes cerebrovasculares, lesiones medulares o enfermedades neurodegenerativas. El Exopulse Mollii, avalado por la Cofepris desde diciembre de 2024, ofrece una alternativa tecnológica para recuperar movilidad y reducir el dolor.
“La Cofepris lo clasificó como un dispositivo médico de riesgo 2. Tardamos más de un año en conseguir el registro, que logramos en diciembre de 2024. Solo entonces pudimos empezar con las pruebas clínicas”, señaló Mónica Guadalajara, responsable de Ottobock en México.
El traje está indicado para pacientes con:
- 1 Accidente cerebrovascular (ictus) Mejora la marcha y relaja músculos rígidos.
- 2 Parálisis cerebral Facilita el control muscular y corrige la postura.
- 3 Esclerosis múltiple Reduce espasmos y fatiga.
- 4 Lesiones medulares incompletas Ayuda a recuperar movilidad parcial y reducir el dolor neuropático.
- 5 Fibromialgia Disminuye la rigidez y mejora la tolerancia al movimiento.
“Con pacientes post-ictus, hemos visto que después de 10 minutos de uso, la movilidad de la pierna mejora al punto de facilitar la marcha asistida”, detalló Guevara.
El Exopulse Mollii es un dispositivo de alta tecnología, con un precio superior al de otros equipos de rehabilitación convencionales.
“Ofrecemos sesiones de prueba para asegurarnos de que el paciente obtendrá beneficios reales antes de invertir”, señaló Guadalajara.
En México, se distribuye a través de clínicas de rehabilitación y hospitales con áreas de neurología avanzada, y cada paciente recibe capacitación especializada para usarlo correctamente.
Del laboratorio sueco al impacto global
El fisioterapeuta Fredrik Lundqvist creó el primer prototipo en 2008 en Suecia.
“Quería algo práctico. Los electrodos adhesivos tardaban más de hora y media en colocarse, así que pensé en una prenda que lo integrara todo en minutos”.
Hoy el Exopulse Mollii se usa en más de 11 países europeos, y México es el primer país de América Latina en incorporarlo con certificación sanitaria.


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