La zona metropolitana de Puebla padece una inversión térmica que se traduce en una mala calidad del aire por una serie de factores que no comenzaron esta semana, sino tiempo atrás por la falta de acciones para cuidar el medio ambiente.
Así lo explicó el investigador en temas ambientales Raciel Flores Quijano, director del Área de Química de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), quien resaltó la necesidad de una red que permita obtener una mayor información en tiempo real sobre la situación de la calidad del aire que permita tomar decisiones al gobierno, a las empresas y a los ciudadanos.
“La contaminación del aire presenta momentos complicados, pero llevamos varias semanas con esta situación. Uno de los factores más importante son las emisiones que arroja el volcán Popocatépetl; otro factor son los incendios y la contaminación, principalmente, de los autos”, comentó.
La inversión térmica es un tipo de característica que toma la atmósfera cuando la temperatura del aire, en vez de descender, va ascendiendo cada vez más. El aire no puede elevarse en una zona de inversión, puesto que es más frío y, por tanto, más denso en la zona inferior, fenómeno que lleva a la contaminación aérea que queda atrapada con efectos nocivos para la salud.
“Estamos viviendo el efecto de inversión térmica. Toda esa bruma que apreciamos se presenta por bajas temperaturas donde queda encapsulada una corriente de aire fría entre dos corrientes de aire caliente, el exceso de humedad, la baja velocidad de los vientos, todo favorece a que los contaminantes que generamos, preferentemente, por los vehículos automotores, se estén concentrando y ahora causen perturbaciones”, comentó.
Al presentar el análisis “Situación Ambiental de la Industria y la Auditoria Ambiental”, Flores Quijano explicó que Puebla está enfrentando una serie de factores políticos, sociales y económicos que se traducen en más contaminantes en el medio ambiente.
Para el académico, el aumento del parque vehicular y las obras realizadas en los últimos 10 años, sumado a la falta de sincronización de los semáforos, alentaron el paso de autos de 50 a 25 kilómetros por hora.
“No tenemos una adecuada sincronización de semáforos, las obras construidas en los últimos 10 años alentaron la velocidad. Si antes nos movíamos a 50 kilómetros por hora; ahora, nos movemos a 25 kilómetros por hora. Estamos arrojando más contaminantes porque pasamos más tiempo con nuestro vehículo en las calles”, expresó.
Puebla pertenece a la Comisión Ambiental Metropolitana, junto con la Ciudad de México, Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala y Morelos, desde hace más de cinco años, pero faltan indicadores sobre la calidad del aire.
El investigador lamentó que solo estén funcionando tres de las cinco estaciones de medición del aire, red que es insuficiente para contar con información sobre la acumulación de contaminantes.
“Existen cinco estaciones de monitoreo, de las cuales, funcionan parcialmente, tres. La promesa fue seguir creciendo en estas estaciones de monitoreo, pero no fue así. Si no sabemos cuál es el nivel de contaminación de forma puntual porque es una extensión bastante grande, yo no sé para dónde caminar. Si no tengo la certeza de que los equipos funcionan y están debidamente calibrados, yo no sé si sus resultados son confiables para tomar una decisión. Sin indicadores, no se puede tomar una decisión oportuna y eficiente. Nos hace falta mucha información”, comentó.
Señaló que dos factores que se presentarán en los próximos días, ayudarán a reducir la inversión térmica: la temporada de lluvias y las ráfagas de viento.
“Hay dos factores que nos ayudarán a enfrentar la situación, la llegada de las lluvias de forma permanente y el viento. Evidentemente, es fundamental disminuir el uso de combustible, disminuyendo el uso de los vehículos. Una vez que comiencen las lluvias, todo mundo se olvidará de la contaminación y volveremos a la cotidianidad de olvidarnos de los problemas ambientales, situación que es lamentable”, comentó.
Por último, el investigador destacó que Puebla se encuentra a una décima parte de los problemas de contaminación que enfrenta la Ciudad de México por factores como ubicación orográfica; sin embargo, es momento de realizar acciones para disminuir las partículas en el aire.
ARP