Hablar de juguetes sexuales se ha hecho cada vez más cotidiano: se publicitan en redes sociales, varios podcast platican de sus beneficios e, incluso, influencers ofrecen códigos de descuento para que la gente se anime a comprarlos.
“Las personas los perciben más como herramientas que contribuyen a su bienestar, así como tienen otras herramientas en la vida diaria— como mascarillas para eliminar las arrugas o la rutina de skincare—. Muchas personas tienen en su casa estos juguetes como parte de su rutina de bienestar”, consideró Fernanda Zárate, sexología clínica y vocera de Lelo, en entrevista con MILENIO.
Pero esta popularidad no los ha exentado de rumores, temores y cualquier otro derivado de la desinformación; entre éstos, la preocupación que pudieran reemplazar a la pareja sexual o, de plano, no sentir placer con nadie ni nada que no sea ese dildo, succionador, anillo o vibrador.
Casos así se leen en las comunidades “relationship_advice”, “relaciones” o “AskMenAdvice” de Reddit, donde usuarios comparten sus inquietudes en posts titulados: “Mi novio se puso súper sensible porque me compré un dildo … ¿alguna ayuda?”, “Mi novia compró un vibrador y ya no puedo hacer que termine”, “Mi novia compró un consolador más grande que yo”, “¿Estoy siendo reemplazado por un consolador?”, entre muchos más.
“Abrí su cajón y encontré un par de vibradores y este consolador absolutamente enorme. Yo soy bastante promedio y esta cosa era más del doble de mi tamaño. (...) Trato de ser lo más abierto y comunicativo posible, pero no sé cómo puedo competir con esta cosa. ¿Debería hablar con ella?”, preguntó un usuario bajo anonimato. Las respuestas fueron variadas, pero la mayoría coincidían con la postura de @green_catbird: “Sus juguetes son tus aliados, no tus competidores”.
Fernanda Zárate explicó a Notivox que la creencia— respecto a la pérdida de placer sexual— no ocurre sólo con el uso de juguetes, también de ciertas posiciones u otras prácticas que las hacen llegar al orgasmo.
“Una de las cosas que muchas personas refieren es de que: ‘Yo ya sé en qué posición o momento puedo llegar al orgasmo’. Entonces durante el encuentro buscan en cada encuentro llegar a esa fórmula mágica. (...) Quienes se conocen, conocen el camino al placer y lo que pasa es que quieren replicar eso”.
¿Y qué ocurre con los juguetes sexuales? “Algo similar”, respondió la psicóloga.

Incremento de la excitación, el placer y la satisfacción son algunos de los beneficios que los juguetes sexuales, tanto para la pareja como la persona en solitario. En otros estudios, las y los encuestados afirmaron que “condimentan” su vida sexual y la hacen más divertida, exagerada, subversiva y empoderada.
Aunado a ello, la maestra en sexología clínica recordó que al usarlo no existen esas preocupaciones que suelen surgir durante el acto sexual, y las cuales pueden limitar a las personas de disfrutar e incluso llegar al orgasmo. Esas inquietudes se reflejan en dudas como: “¿Lo estaré haciendo bien?”, “¿La otra persona lo estará gozando?” o “Ya me tardé en llegar (al orgasmo)”.
“Cuando empiezas a utilizar un juguete, este va a su ritmo. No te deja pensar y hace que llegues al orgasmo, sobre todo si ya descubriste que cierta estimulación o nivel te hacen llegar”. Aunque, subrayó, esto último es un arma de doble filo. “Es como cuando te venden algo: si tú te compras una idea, ya te quedaste con eso y no fuiste a investigar más”.
Así, creer que "se pierde el placer por usar un juguete sexual” es más bien la consecuencia de “casarse” con el estímulo al cual se llegó. O sea, cuando la persona realmente piensa que nada podrá igualar esa sensación y, por ende, desarrolla un rechazo a otro tipo de experiencias u objetos.
“No quiere decir que sea porque el juguete es mágico, sino porque tú ya integraste que es esa es ‘tu receta de placer’”, explicó Zárate, señalando que la solución a esta creencia es, justamente, diversificar los estímulos. O en otras palabras: intentar otros niveles, usar el juguete de vez en cuando o experimentar con la pareja.
“(Esto) para que no integres en tu cuerpo y en tu cabeza que esa es la única forma, porque el órgano más importante en la sexualidad es el cerebro. Ahí empieza el placer”.

Los juguetes sexuales en la pareja
Varios estudios del 2013 identificaron que las mujeres heterosexuales presentaban más sentimientos de vergüenza, secrecía o pena al utilizar un juguete sexual. Pero con el paso del tiempo, comenzó a documentarse un mayor uso sin tabús en las parejas heterosexuales; a la par que se perfeccionaba la industria del techsex (tecnología del sexo).
“Techsex tiene el potencial de mejorar la intimidad heterosexual, desafiar las normas de género y alejarse de un enfoque centrado en el coito (...) los dispositivos pueden considerarse aliados en la recreación del sexo, incluso el heterosexual”, señaló un artículo de la Universidd “La Trobe” en Australia.
Estos avances, así como la gran oferta, permiten aún más incorporar los juguetes en la vida sexual de pareja; aún si no estuvieran inicialmente destinados a dicha dinámica: “Todos los juguetes, todos, se pueden usar en pareja”, afirmó Fernanda Zárate.

Una de las claves es tener claro lo que se quiere conseguir con el juguete: ¿Obtener placer al mismo tiempo?, ¿Que una parte sea la encargada de generar placer en la otra?, ¿Cuáles sensaciones se busca tener?, etcétera. A partir de ello, se puede empezar a investigar, buscar y experimentar.
De los juguetes más comunes para compartir— es decir, que ambos cuerpos lo utilizan al mismo tiempo— son el anillo vibrador o aquellos en forma de “C”. Los dos garantizan el disfrute de todas las partes involucradas, por supuesto, cada uno a su manera: el primero, explica la sexóloga, lo porta la persona con pene y, mientras se lleva a cabo la penetración, se estimula el clítoris o el ano de la pareja.
En tanto, el segundo se lo coloca la persona con vagina y vulva para recibir estímulos en el clítoris y labios internos durante la penetración. En caso de que la pareja tenga vulva, también puede recibir estímulos externos.
La tecnología sexual provee opciones para las relaciones a distancia, al ser controladas mediante apps; mientras que aquellas destinadas para la estimulación individual también pueden satisfacer las necesidades en pareja.
“Hay unos (juguetes) muy expertos que se pueden usar al mismo tiempo por ambos cuerpos, pero puedes introducir cualquiera a tus encuentros y, de todas formas, ambas personas lo van a disfrutar”, afirmó Fernanda.
Al final, las alternativas y los escenarios serán tan variados según la creatividad y apertura de las o los individuos.
ASG