Ciencia y Salud

Cáncer óseo: testigo de la evolución en las prótesis modernas

Las prótesis modernas no solo reemplazan extremidades, sino que están diseñadas para integrarse a la vida diaria de los usuarios.

El cáncer óseo no sólo pone a prueba la fortaleza física y emocional de quienes lo padecen, sino que también ha sido un espectador involuntario —y motor de cambio— en el desarrollo de tecnología médica. En el marco del Mes del Sobreviviente de Cáncer, el osteosarcoma destaca como el segundo tumor sólido más frecuente en niños y adolescentes mexicanos, según el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia.

Este tipo de cáncer, maligno y agresivo, tiene su mayor incidencia entre los 10 y 19 años de edad, afectando con más frecuencia a varones. El fémur, la tibia y el húmero son los huesos más comúnmente comprometidos. Entre los síntomas destacan dolor persistente, inflamación articular, fracturas sin causa aparente y cansancio extremo.

Cuando la cirugía de resección es inevitable, la amputación puede salvar vidas. Pero no todo termina ahí: la evolución de las prótesis ha transformado radicalmente el futuro de miles de pacientes.

De la madera al microprocesador

“La primera prótesis que usé era un tubo de acero con un pie de madera, sin rodilla; rígida, incómoda y pesada”, recuerda Ricardo Walls, diagnosticado con osteosarcoma a los seis años en 1975.

Desde entonces, ha utilizado cerca de 30 prótesis diferentes. Hoy, con 56 años, camina gracias a una prótesis robótica que le permite moverse con libertad: “Hago todo lo que cualquier persona de mi edad realiza. Me siento afortunado”, dijo.

Tecnología que crece con el paciente

Mónica Guadalajara, directora de Ottobock en México, Centroamérica y el Caribe, explica que las prótesis modernas no solo reemplazan extremidades, sino que están diseñadas para integrarse a la vida diaria de los usuarios, incluso en la infancia. “En el caso del osteosarcoma, las prótesis son clave tras la amputación oncológica”, señala.

René Govea Hernández, protesista egresado del Instituto Nacional de Rehabilitación, subrayó la importancia de adaptar cada dispositivo a la etapa de desarrollo del menor. “Una prótesis para un niño debe responder a su crecimiento, actividades y peso. No solo se trata de caminar, sino de jugar, ir a la escuela y mantener su independencia”, afirmó.

Las prótesis actuales, como las de la firma Ottobock, incluyen rodillas hidráulicas, componentes que impulsan el paso, materiales resistentes al agua y elementos estéticos que ofrecen comodidad, movilidad y durabilidad.

Tecnología al servicio de la vida

En el pasado, una amputación por cáncer significaba una vida de limitaciones. Hoy, con el avance en ingeniería biomédica y diseño personalizado, las prótesis permiten a los sobrevivientes reconstruir su autonomía y mirar al futuro con esperanza.

El osteosarcoma, aunque devastador, ya no tiene la última palabra. La tecnología, la rehabilitación integral y la resiliencia humana han escrito una nueva narrativa: la del paciente que sobrevive, se adapta y avanza.

LP

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Blanca Valadez
  • Blanca Valadez
  • Periodista formada en la UNAM. Con 33 años de oficio, impulsada por la curiosidad y la aventura. Ha captado la voz de ilustres como Octavio Paz y Carlos Fuentes. Hoy explora los enigmas del cuerpo y la mente en relatos que resuenan en prensa, TV, radio y web.
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