No, no es Patti Smith ni la abuelita de Canayín. Dicen que la ñora de Javidú estaba en el aeropuerto de Jubba, en Sudán, donde se alimentaba de puras hamburguesas McDonald's en lo que le mandaban una lana.

Dicen que a su paso por Argentina, le dio a la policía migratoria del tratamiento para el cáncer infantil que repartía su viejo. Todos cayeron como picados por un mosquito venenoso. Ora sí que “paciencia y prudencia”, señores.

Se rumora que hizo una parada en Tailandia, donde usó parte de sus 112 millones de pesos para darse una manita de gato, aumentarse el intelecto, merecer abundancia en las bubis y pasar inadvertida.

La última vez que la vieron fue en Munich, Alemania, de donde dicen que salió por la puerta chica y la banda de equipaje con destino incierto. Eso sí: antes se tiñó de rubia para pasar por teutona. ¡Qué dominio de ciencia!
