Si queremos que más mujeres se involucren en la ciencia, debemos fomentar el pensamiento crítico y la curiosidad desde la niñez. Es fundamental realizar eventos de divulgación en los que ellas mismas puedan llevar a cabo experimentos y llegar a sus propias conclusiones, expresa la joven licenciada en Física Guadalupe Vázquez Cisneros.
Su mirada coincide con diversos estudios sobre el tema. En México, el 38% de las mujeres estudian carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). Sin embargo, en edades tempranas, solo el 9% de las jóvenes —en comparación con el 28% de los varones— manifiesta interés en estudiar ciencias. Este dato fue revelado por el Movimiento STEM y el IPADE Business School, a través del Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD).

La joven egresada hace poco más de un año de la Universidad Autónoma de Nuevo León y ahora estudiante de la maestría en Ingeniería Física en la misma Facultad, dentro del Centro de Investigación en Ciencias Físico-Matemáticas, advierte sobre la urgente necesidad de fomentar una cultura de equidad entre hombres y mujeres en escuelas y universidades. "Para que aquellas chicas con talento y gusto por la ciencia no desistan de sus sueños y puedan convertirse en las investigadoras del futuro".
Es clara al señalar que ser mujer sí dificulta la trayectoria como científica. "A pesar de que vivimos en tiempos modernos, aún existen profesores y colegas que te discriminan, te menosprecian o, en el peor de los casos, te agreden. Actualmente, hay programas para incentivar el interés de las niñas por la ciencia, pero la realidad es que muchas desisten de ingresar a una licenciatura o de continuar sus estudios de posgrado debido al ambiente de hostilidad que existe en el gremio".
Otra presión adicional que ha observado a lo largo de su formación científica es la social y familiar. Comenta que aún jóvenes a quienes no se les motiva a estudiar una carrera o que son orilladas a no ejercer después de graduarse para mejor dedicarse al hogar.
El CIMAD indagó en los factores que influyen en la decisión de carrera de las y los jóvenes, detectando que, en el caso de los hombres, el 28% recibe influencia de sus familias, mientras que en las mujeres este porcentaje asciende al 31%. Asimismo, la orientación vocacional, los profesores o incluso los amigos impactan al 10% de los jóvenes y a 11% de las jóvenes.

¿Qué la inspiró de la ciencia?
Guadalupe Vázquez decidió estudiar ciencias debido a la cercanía con el trabajo de sus padres, ambos maestros e investigadores en el campo de la agrociencia. Desde niña, asistía como oyente a sus clases, los acompañaba a prácticas de campo y entraba con ellos al laboratorio. Esas experiencias y las pláticas de sobremesa despertaron en ella la curiosidad y el deseo de aprender más.
"Me decidí por la Física porque es un campo muy amplio y poco explorado. La falta de divulgación sobre temas de física me motivó a estudiarla y a e interesarme más en ella. Finalmente, decidí especializarme en Biofísica, enfocándome en el estudio de células cancerígenas. Uno de mis asesores de tesis fue mi profesor en la licenciatura, y nos hablaba de los proyectos en su laboratorio. Me pareció fascinante porque no me imaginaba a un físico realizando aportes en el área de la medicina".
Con el tiempo, descubrió que la Física es fundamental para la investigación y el desarrollo de tratamientos para diversas enfermedades. "Por eso decidí involucrarme en los experimentos que realizaban en mi último año de carrera, y ahora formo parte del equipo de investigación".
El Movimiento STEM y el IPADE Business School enfatizan que las carreras STEM no tienen género, sino que ofrecen gran potencial, demanda y futuro. Si las mujeres se identifican con ciertas áreas de estudio, si se contrarrestan estereotipos y se brinda mayor información sobre el futuro del trabajo y los retos del siglo XXI, será posible construir sociedades más incluidas, en las que se aliente a las jóvenes a seguir su vocación, desarrollar nuevas competencias y aportar su talento.

Desigualdad
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) analizó la matrícula de hombres y mujeres en carreras STEM entre 2012 y 2022, detectando que, en todos los estados de México, la cantidad de mujeres en estas disciplinas tendría que aumentar al menos un 71% para alcanzar un nivel similar.
En 2022, se registraron 494,753 mujeres y 996,519 hombres estudiando algún programa STEM a nivel nacional. Aunque en los últimos 10 años la cifra aumentó en cuatro puntos porcentuales, el ritmo de crecimiento en la matrícula ha sido insuficiente (4,4% anual), pues solo tres de cada diez profesionales.
Mujeres en la ciencia, como Guadalupe Vázquez, quien forma parte del proyecto de Ciencia de Frontera del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías (Conachyt) llamado "Estudio de propiedades físicas de células de cáncer por AFM: hacia una clasificación universal", continúan avanzando en su formación y alentando a otras mujeres a cumplir sus sueños.