Cuando hay casos de niños hiperactivos, aunque es normal que los pequeños no se queden quietos, jueguen y busquen hacer otras cosas estando aburridos, ese esencial ver si ese comportamiento no le afecta en su vida personal y académica para así ayudarlo con profesionales para tener un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Maribel Borrego Benavides, Psicóloga infantil y adolescente, comenta que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) es una condición del neurodesarrollo que afecta principalmente la atención, el control de impulsos y, en algunos casos, la actividad motora.

Menciona que en este trastorno hay tres tipos: predominio inatento, predominio hiperactivo-impulsivo, y combinado. “No es flojera, ni mala crianza, ni que el niño es tremendo; es un funcionamiento neurológico distinto que requiere comprensión y estrategias adecuadas”, declara.
Considera esencial que se detecte a tiempo, pues puede ayudar a la calidad de vida del pequeño y la familia, pues evita que el niño o adolescente cargue con etiquetas como "flojo", "conflictivo" o "desobediente", y se enfoque en su aprendizaje, autoestima y desarrollo emocional, pues no es solo poner nombre al problema, sino de abrirle camino a la solución y al acompañamiento respetuoso.
¿Cuáles son los síntomas del TDAH?
A pesar de que cada niño o adolescente son diferentes, existen signos que pueden ayudar a los padres de familia a detectar el TDAH, que son los siguientes:
- Dificultad para mantener la atención en tareas o juegos.
- Parece no escuchar cuando se le habla directamente.
- Se distrae fácilmente con estímulos irrelevantes.
- Dificultades para seguir instrucciones.
- Inquietud motora (se mueve, se levanta, corre o trepa en situaciones inapropiadas).
- Habla en exceso o interrumpe constantemente.
- Impulsividad (contesta antes de que terminen la pregunta, le cuesta esperar su turno).
Aunque señala que ningún infante se queda estático ni se quedan meditando todo el tiempo, lo importante con detectar estos síntomas es ver si estas conductas afectan su vida diaria en la escuela, en casa y con sus pares.

Mi hijo tiene TDAH, ¿qué hago?
También es esencial ir con un especialista para tener el diagnóstico correcto. Sin embargo, una vez que se confirma, aconseja a los padres que respiren, pues para algunos puede sentirse como una situación desfavorable, pero solo es el inicio de una nueva forma de acompañar a los pequeños.
“Busca un equipo interdisciplinario que lo acompañe: psicólogo infantil, psiquiatra infantil (si se requiere medicación), neurólogo y psicopedagogo. También es esencial que se haga equipo con la escuela: hacer adecuaciones, dar seguimiento y evitar estigmatización, al igual que capacitarse como familia: entender el TDAH cambia la forma de educar, cuidar y convivir.
También menciona que es trabajo de los padres enfocarse en las fortalezas del niño, no solo en las dificultades. “Tienen un cerebro rápido, creativo, muchas veces fuera de serie... solo necesitan guía, estructura y mucho amor realista”.
Concluye agregando que el TDAH no es una condena, sino que es una invitación a ver el mundo de forma distinta. El problema no es el diagnóstico, sino en un sistema que espera que todos funcionen igual, y que conocer lo que pasa ayuda a dar herramientas, y recuerda que ningún diagnóstico debe apagar el amor ni la esperanza.