La inclusión de personas dentro del Trastorno del Espectro Autista (TEA) es esencial para que puedan ser miembros activos de la sociedad, por ello se debe apoyar desde temprana edad a que convivan en diversos espacios para su desarrollo. Un viaje, aunque para las personas neurotípicas pueda ser algo sencillo, para un niño y adolescente neurodivergente es un gran reto.
Debido a esto, la comunidad de Café Atípico, quienes son un grupo de familias con hijos dentro del TEA, se unieron para darles a 25 chicos una grata experiencia al hacer su primer viaje como colectivo, demostrado así que la inclusión de personas autistas es posible.
Tatiana Bardan Izaguirre, fundadora y representante de la organización, comparte que este viaje se hizo con la finalidad de mantener la comunidad que tienen, además de ayudar a los chicos a explorar otros espacios fuera de sus hogares o escuelas, siempre acompañados de sus padres.
“Para este primer viaje, fuimos a Bioparque Estrella, en Monterrey, Nuevo León, resultado de un trabajo arduo que, durante años, se ha tratado de buscar y encontrar nuevas iniciativas, mejores espacios pero sobre todo una inclusión a la sociedad”, declara, considerando que Café Atípico se distingue por ser una organización fresca, humana, innovadora y creativa.
¿Qué es una experiencia importante?
Diana Elizabeth de la Fuente Parra, psicoterapeuta conductual y emocional de Café Atípico y parte del comité de organización, comenta que el que niños y adolescentes que se encuentran dentro del espectro autista les es muy útil porque les permiten ampliar sus experiencias fuera de los entornos conocidos, lo cual contribuye a fortalecer su autonomía, sus habilidades sociales y su capacidad de adaptación, así como la integración familiar.
Menciona que para que esto se logre con éxito es necesario preparar a los chicos para el trayecto, por lo que es crucial trabajar en la anticipación sobre lo que van a vivir, mostrando imágenes o explicando paso a paso lo que ocurrirá, de manera que puedan sentirse seguros y confiados.
“También es importante respetar sus tiempos, brindar acompañamiento emocional y validar sus necesidades durante la experiencia, ser conscientes de llevar todos los materiales sensoriales que les ayude a regularse para evitar una crisis, como audífonos reductores de sonidos, cubre bocas si hay hipersensible con el olfato, juguetes de diferentes texturas, chicles, música, la comida que les gusta en caso de selectividad alimenticia, etcétera”, indica de la Fuente Parra.
¿Qué medidas se deben de tomar?
Recomienda la especialista que para este tipo de experiencias, sobre todo si es algo que se hace por primera vez, es recomendable darle de un gafete con datos personales, números de teléfono, incluso el número del seguro social en caso de que se pierda. “Incluso hay familias que invierten y optan por ponerles un chip de rastreo en algunos de sus zapatos”.

También menciona que es importante que se lleve material sensorial para minimizar las crisis, estar en compañía y con supervisión cuando la persona con TEA sea temeraria. Esta persona que cuida, considera que debe tener de preferencia tenga buena condición, ya que algunos salen corriendo y están fuertes, además de llevar ropa cómoda, para seguirle el paso.
Padres tranquilos, hijos contentos
Maria Fernanda Saldaña, madre de uno de los niños que fueron a esta excursión, declara que al inicio, cuando su hijo se subió en el camión, iba a empezar a gritar, por lo que ella estaba por llamarle la atención. Fue su esposo quien la detuvo y le dijo que lo dejara, pues solo en ese espacio era dónde lo iban a comprender y no sería juzgado por su actuar.
“Después del viaje me puse a pensar como es tan importante la tranquilidad de los papás para apoyar a nuestros niños ya que ese día no tuvimos problema de crisis con nuestros niños, ya que íbamos todos tranquilos y en confianza a comparación de si hubiéramos subido a otro transporte donde la gente desconoce de nuestra situación y juzga. Esa fue mi parte favorita de esta hermosa aventura al Bioparque en comunidad”.