Los nombres propios son un derecho para todas las personas, sin embargo, hay dos apodos sumamente populares y en Notivox te contaremos más sobre ellos.
¿Qué es un apodo?
De acuerdo con la RAE, un apodo es un nombre que suele darse a una persona, tomado de sus defectos corporales o de alguna otra circunstancia.
Es una forma de llamar a alguien de manera diferente a su nombre real, usualmente basado en alguna característica física, de personalidad, o un hecho particular de esa persona.
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¿Por qué se les dice Pepe a las personas?
Aunque esto parece que es parte de la cultura general, debes saber que todo se remonta a la Iglesia Católica y la manera a la que se referían a José, el Padre de Jesús.
Y es que, el apodo viene de la explicación más aceptada proviene de la forma en que se solía abreviar Pater Putativus en latín, que significa "padre putativo" (es decir, el padre adoptivo de Jesús). San José era considerado así por la Iglesia, ya que era el esposo de la Virgen María y, por lo tanto, el padre putativo de Jesús.
Con el paso de los años, este apodo se fue difundiendo de manera informal y pasó a formar parte del habla cotidiana, hasta que llegó a ser una forma coloquial y cariñosa de llamar a las personas que llevan el nombre de José en países de habla hispana.
@historiasripenses A los José se les llama Pepe y a los Francisco Paco, eso es así de toda la vida. Sabías por qué? ???? #curioso #detodounpoco #curiosidades
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¿Por qué se les dice ‘Paco’ a los Franciscos?
La explicación más común proviene de la forma en que se referían a San Francisco de Asís, el fundador de la orden franciscana. A él se le conocía como el "Padre de la Comunidad" debido a su liderazgo en la orden.
En latín, "Padre de la Comunidad" se decía Pater Comunitatis. Cuando se escribía la abreviatura de esta expresión, se usaba P.C., que, al pronunciarse, derivó en Paco.
Así, esta abreviatura fue adoptada como apodo para quienes se llaman Francisco, en honor a San Francisco de Asís.
Sin duda alguna, muchos de estos apodos se los debemos a la religión católica y, aunque cueste creeerlo, muchas de las palabras que conocemos son gracias a que han trascendido año con año e incluso, siglo tras siglo.
