Ciudad de México /
De acuerdo con la organización terrorista, la destrucción se llevó a cabo para prevenir a los musulmanes de regresar a idolatrar a los dioses preislámicos. La destrucción del templo –parcial, presumiblemente— nos muestra que la ignorancia y el extremismo desencadenan paranoias radicales que, como don Quijote, los lleva a luchar contra molinos de viento. El conocimiento construye y conserva, mientras la ignorancia y el fanatismo llevan a la destrucción de su propia herencia cultural e identidad.