Librar la lucha contra el cáncer vuelve a las personas más espirituales y cercanas a la familia, ayuda a valorar siempre los buenos y malos momentos, los hace más humanos, relata el diputado local del PAN, Raúl Espinosa Martínez en entrevista con Notivox Puebla.
Menciona que hace cuatro años, al practicar ciclismo de montaña y experimentar malestares físicos, acudió al médico y le detectaron cáncer de colon en una fase temprana, situación que ayudó a ganar la batalla en un periodo de seis meses.
Raúl Espinosa Martínez es originario de Zacatlán y a sus 48 años se desempeña como empresario y legislador por el mismo municipio de la Sierra Norte; sus pasiones son andar en bicicleta y convivir con su familia.
¿Qué hace en su tiempo libre?
“Me gusta mucho leer, andar en bicicleta de montaña y convivir con mis hijos. Empecé a practicar tenis y después, como a los 25 años, a andar en la bicicleta. Tengo dos hijos, Estefanía que tiene 16 años y Raúl que tiene 13 años. Mi esposa es Alicia Álvarez, originaria de Zacatlán, allá nos conocimos, fuimos compañeros desde el kínder y, actualmente, tenemos 21 años de casados, es el amor de mi vida”.
“Estoy muy orgulloso de mis hijos, porque han sido destacados en la escuela, en lo académico han ganado premios. Algo de lo que también me siento orgulloso es que cuando salí de la primaria tuve la oportunidad de ver al presidente de la República, Miguel de la Madrid, porque gané el primer lugar de concurso intelectual en mi región: Zacatlán, Huauchinanhgo, Xicotepec. Al terminar la secundaria en Zacatlán, mis papás me dan la oportunidad de venir a Puebla a estudiar en el Colegio Benavente y después en la Udlap la carrera de Administración de Empresas”.
¿Cómo se siente al ver a sus hijos ser destacados en la escuela?
“Estoy muy contento porque mi hija tiene el gusto por la lectura y lee libros en inglés; es algo que me llena de orgullo porque después de estudiar la universidad tuve la oportunidad de ir a Estados Unidos a hacer una maestría en Administración de Empresas, estuve dos años”.
“Mi luna de miel cuando me casé, fue esa, estar dos años con una beca del Banco de México que me saqué porque me gradué con honores y tuve la oportunidad de estudiar en Estados Unidos. Algo que siempre me ha gustado es el tema de la empresa y mi posgrado es de empresas pequeñas y emprendedurismo, de ahí que mis iniciativas están enfocadas en el tema”.
“Antes de ser diputado, fui rector del Instituto Tecnológico de la Sierra Norte de Puebla, donde tuve la oportunidad de promover con los jóvenes el tema del emprendedurismo. Fuimos la institución que más premios sacó el año pasado en estos temas, ganamos 13 premios”.
¿Cómo se contagió de este espíritu emprendedor? ¿Viene de una familia de empresarios?
“Sí, desde mis abuelos. Mi abuelo llegó a Zacatlán por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), era el que iba a checar los medidores y llevar el registro y empezó con una distribución de radios de bulbos, mi abuela le ayudó”.
“Pusieron un negocio, no sólo de electrónica, empezaron a vender todo lo que se comercia en una población pequeña, desde velas, maíz y electrodomésticos, era una tienda de abarrotes y electrodomésticos; después, mi papá puso una mueblería y mis tíos también. La empresa de mi papá es Almacenes Espinosa. Tenemos tiendas en Zacatlán, Chignahuapan y Tetela, después separamos el negocio y yo me dediqué a poner una distribuidora de Telcel. Cuando regreso de Estados Unidos, mi tienda tiene presencia en Zacatlán, Chignahuapan, Tetela y Ahuazotepec (…) No me es desconocido el distrito, porque lo he recorrido muchas veces por el tema de negocios”.
¿Cómo se dio cuenta que no estaba bien de salud?
“Precisamente, uno de mis hobbies es la bicicleta. Estoy agradecido con mi hobbie porque gracias a que andaba en mi bicicleta de montaña, me empezó hace cuatro años un dolor en la espalda y pensé que me había lesionado un disco o la columna. Fui a ver mi ortopedista y me mandó a hacer unos estudios, salí bien pero el problema fue que me detectó anemia y me mandó con un gastroenterólogo”.
“Cuando me hicieron otros estudios, resultó que sí tenía un tumor en el colon, por lo cual me operaron y estuve seis meses en quimioterapia. Ha sido la parte más difícil de mi vida. Me convertí en un guerrero y gracias a Dios salí bien”.
¿Cómo fue la lucha contra el cáncer?
“Fue una etapa muy difícil, el cáncer te cambia la vida, no es fácil, que los hijos sepan que su papá tiene cáncer, pero lo tomamos con mucha fuerza. Cuando estaba en tratamiento, estaba en casa porque mi trabajo era recuperarme. Me costó recuperarme porque pensaba que no hacía nada pero me decía el doctor: ‘estás luchando para recuperarte’. Fue una época en que mi familia me apoyó mucho, mi esposa y mis hijos, mis padres y afortunadamente esa lucha la sobreviví”.
“El doctor me felicitó porque me decía que hay mucha gente que no aguanta todas las quimioterapias (…) Había días buenos y días malos, pero los buenos me daban mucha fe en Dios para salir adelante y los malos para tener fortaleza para superarlos”.
¿Cómo cambió su vida esta experiencia?
“Te vuelves de alguna forma más espiritual, menos material porque cambia la perspectiva y en ese sentido te puedo decir que así sucedió, cambié completamente. Tengo mi empresa, de mí dependen cerca de 30 familias y siempre hemos buscado tomar en cuenta el lado humano”.