Los señores de las camionetas negras blindadas no querrán abandonarlas, los taxistas “autorizados” resistirán el cambio con la ayuda de las conexiones de sus dueños, los órganos “autónomos seguirán” siendo ignorados, las aerolíneas y los aeropuertos seguirán medrando con nuestra necesidad porque siempre será culpa de otros, los coches seguirán metiéndose al carril prohibido porque nadie los sanciona, el policía se seguirá riendo porque nadie le exige otra cosa, la basura seguirá inundando los barrios más pobres y los jóvenes que inhalan mono seguirán siendo ignorados por los que pasamos a su lado todos los días.
No amo mi patria
Esta noche, los únicos afortunados son aquellos por los que pasan enormes camionetas negras, blindadas, de las que se baja, atento, un chofer con corbata que sube maletas.
Ciudad de México /