A más de 20 días del cambio de mandos en el penal del Topo Chico, los nombramientos siguen sin hacerse oficiales, además de que los nuevos directivos no cuentan con las pruebas de control de confianza para hacerse cargo del que se considera uno de los reclusorios más violentos y peligrosos del país.
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Ante este escenario, la penitenciaría estaría convertida en un polvorín debido a que, luego de ser relevados el director, el subdirector operativo y parte del organigrama, se habla de que todo sigue igual, ya que el mismo grupo de internos ejerce un autogobierno al interior.
Fuentes de la Dirección de Administración Penitenciaria confirmaron de manera extraoficial que fueron en total seis cambios los que se hicieron sigilosamente el pasado 1 de marzo, entre ellos el del director Ricardo Tejeda de Luna y el subdirector de Seguridad Operativa, Genaro Sánchez Vázquez.
Pese a los hechos de violencia que han marcado a esta prisión, desde el motín de febrero del año pasado, en el que asesinaron a 49 internos, los nuevos funcionarios no fueron sometidos a las pruebas de control de confianza, lo que podría comprometer la seguridad del reclusorio más antiguo de Nuevo León.
Tejeda de Luna llegó a sustituir al ex director, Haffid Eurestí González, en tanto que Genaro Sánchez Vázquez comenzó a suplir al capitán del Ejército y ex subdirector, Pedro Muñoz Chícharo.
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Trascendió que para tomar posesión de su cargo, Tejeda de Luna se rodeó de un equipo de trabajo que trajo desde el estado de Oaxaca y entre ellos están: Genaro Sánchez, el comandante José Delgado Díaz, otro colaborador de nombre Armando, una enfermera y una secretaria identificada con el nombre de Gloria.
Según la fuente, todos iniciaron sus funciones sin haber sido sometidos a las pruebas de confianza que exige la ley y por esa situación, aparentemente ninguno percibe sueldo oficial y no aparecen en la nómina.
Agrega que el control de la prisión lo trata de ejercer el subdirector operativo, Genaro Sánchez Vázquez, quien no le reporta al director lo que ocurre en el interior del reclusorio, debido a que el mando real lo tiene un grupo de la delincuencia.
Se dijo también que Sánchez Vázquez se apoya en su compañero de nombre Armando y ambos hicieron del reclusorio su residencia permanente, porque se quedan a dormir en el área denominada "de pertenencias", la cual está establecida en la guardia del centro penitenciario.
