La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) negó que el presidente Enrique Peña Nieto haya sostenido recientemente comunicación telefónica con su homólogo de Estados Unidos, Donald Trump, luego de lo afirmado ayer por el estadunidense.
En una nota informativa, la cancillería precisó que durante el encuentro que sostuvieron el 7 de julio pasado en Hamburgo, Alemania, el tema de migración fue abordado por ambos mandatarios.
Ahí, el presidente Peña Nieto compartió que las repatriaciones de ciudadanos mexicanos desde Estados Unidos han disminuido 31 por ciento para el periodo de enero a junio de 2017, comparado con el mismo lapso del año anterior.
Además, durante el mismo semestre, la migración hacia México proveniente de Centro y Sudamérica ha disminuido aproximadamente 47 por ciento en su comparación anual, añadió la SRE.
Ayer por la mañana, el presidente Trump se dijo halagado por Peña Nieto, quien supuestamente le mencionó que la migración al sur de la frontera mexicana se redujo por la política migratoria estadunidense.
"Incluso el Presidente de México me llamó. Ellos dijeron que en su frontera sur, muy poca gente está llegando porque saben que no van a cruzar nuestra frontera, lo cual es el mayor halago", informó la Casa Blanca durante una reunión, la primera encabezada por John Kelly, recién nombrado jefe de gabinete de EU.
"Así que yo solo quiero felicitarlo (a Kelly) por el gran trabajo que ha hecho con la seguridad nacional, y no tengo duda que él será un soberbio jefe del staff", continuó Trump para iniciar su discurso.
Ex ‘sheriff’ Arpaio, culpable de desacato
El ex sheriff del condado de Maricopa, Arizona, Joe Arpaio fue declarado culpable de desacato criminal por desobedecer las órdenes de un juez federal que les prohibió a él y sus agentes realizar redadas y detener inmigrantes indocumentados.
La juez federal Susan Bolton dictaminó ayer que Arpaio, de 85 años, es culpable de desacato, al determinar que violó intencionalmente la orden del juez en un proceso que irá a sentencia el próximo 5 de octubre.
En tanto, el gobernador de Texas, Greg Abbott, aseguró que la nueva ley estatal SB-4, que prohíbe las denominadas ciudades santuario y fomenta la cooperación de las policías locales con las autoridades federales de inmigración, es una herramienta para frenar la trata de personas y otros delitos.
Abbott dijo que la trata de personas es un subproducto de las fronteras porosas y sostuvo que la ley, programada para entrar en vigor el 1 de septiembre, ayudará a solucionar el problema.
