Padres rendidos sentados afuera de los negocios, familias cargando enormes bolsas bajo la sombra de un árbol o marquesina, así como tiendas con largas filas, es lo que se registró este domingo en la zona centro de Tampico, un día antes del regreso a clases.
Las compras de pánico no se hicieron esperar, madres desesperadas y con un semblante de preocupación en el rostro, buscan sin parar los útiles, uniformes, zapatos o mochilas faltantes que por alguna razón y otra, no pudieron hacerlo con antelación.
Gente corriendo de tienda en tienda fue una imagen repetitiva a lo largo de la calle peatonal Salvador Díaz Mirón, dónde las más beneficiadas fueron tiendas departamentales, papelerías y zapaterías, así como otras que venden accesorios para escuela.
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Hubo quienes no pudieron dejar ni a los bebés encargados, recorrieron el centro de Tampico con ellos en un brazo y en el otro las bolsas con las compras. Papás y mamás hicieron dúo, unos haciéndose cargo de lo necesario para las compras y el otro cuidando de hasta dos o tres menores.
El intenso calor no da tregua, los clientes además de buscar lo que necesitan también buscan la manera refrescarse. Compran aguas en las paleterías, se paran en la puerta de los locales que tienen clima o simplemente se sentaron a recuperar el aire en los escalones de los negocios
"Rápido dime qué talla es tu hijo", refiere una mujer a la conductora de un vehículo particular que se bajó corriendo casi de unidad al no haber lugar para estacionarse.
"Ya nada más comprar los cuadernos y llegando a la casa te pones a coserlos" dijeron otros de los clientes, que al mismo tiempo se quejaron de lo caro que es el regreso a clases, pues no solo son los útiles, sino que habrá tienen que llevar todo lo referente a las medidas preventivas contra covid-19.
"Ya ni me recuerdes lo que tuve que gastar, ahora el problema va a ser pagar la tarjeta" indicó una ama de casa mientras fruncía las cejas. "No te apures, todo saldrá bien, valdrá la pena ya cuando veamos a Toñito de doctor", le respondió su acompañante mientras le frotaba los hombros.
Ante el intenso calor, una señora llegó a la zona de los mercados para comer y tomar agua, pues se fue en ayunas creyendo que no iba a alcanzar las compras. Pero justo en la zona de las mesas se desvaneció, causando alerta entre los presentes.
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Le dieron a oler alcohol, le echaron aire, la sentaron en uno de los asientos de las mesas y pudo recobrar la conciencia. Fueron policías estatales quienes se acercaron a ver lo sucedido, pero estuvieron solo viendo al igual que el resto de las personas.
En toda una odisea se convirtió el último día previo al regreso de clases presenciales, a lo que será la nueva normalidad en dónde la mayoría de los menores de 5 años en adelante, ya cuentan por lo menos con una vacuna anticoronavirus.
SJHN
