Con las lluvias recientes, la presa de Duarte ha recuperado su nivel de agua y el entorno luce nuevamente verde. Esta transformación ha convertido al lugar en un punto ideal para salir de la rutina y disfrutar de un día de campo en familia.
La afluencia de visitantes ha crecido tanto que incluso hay venta de antojitos típicos, como guacamayas. Refugio Rocha, comerciante y vecino de la zona, sube con su carrito para ofrecer este platillo leonés a quienes llegan a pasar el día. Él recuerda cómo, hasta hace poco, la presa prácticamente no existía.

“Ya eran muchos años que no estaba así, tan verde y llena, como el año pasado o el antepasado. El año pasado tenía un charquillillo nada más, ya ni era presa y ahora sí está muy bonito”, relató.

Jesús Salazar, ciclista que visita regularmente los cerros cercanos, comentó que este año la temporada de lluvias comenzó antes y ha cambiado por completo el paisaje.
“Lo que hemos notado es que este año ha empezado a llover mucho antes, y por ejemplo, como andamos en los cerros, pues está verde ya desde hace un mes, y así nos gusta mucho, la verdad”, compartió mientras descansaba con su grupo de amigos.
Tanto visitantes como comerciantes coinciden en la necesidad de extremar precauciones. La presa no es apta para nadar, y en combinación con el consumo de alcohol, puede representar un grave peligro. Apenas el 23 de marzo pasado, una persona falleció ahogada en el lugar.
“Que no se metieran, porque es muy traicionera. Aquí han quedado varios; todavía ahora en febrero quedó uno aquí.”, declaró Refugio Rocha.
Finalmente, ante el aumento de personas en la zona, piden no dejar basura y mantener las medidas de seguridad para evitar accidentes y preservar este entorno natural que, tras años de sequía, ha vuelto a florecer.