La lluvia es ligera, parece imperceptible hasta que moja la ropa al estar a la intemperie. A lo largo del bulevar Perimetral, frente a la laguna del Carpintero, se estacionan los autobuses charters y los particulares, por una foto del cocodrilo.
Se hace más fuerte y constante la precipitación, pero en la calle al turista no hay quien lo detenga. Se toman fotos en la plaza de Armas y aprovechan para bendecir un ramito en la puerta de Catedral en pleno Sábado de Gloria.
“¡Mira! ¡Mira¡ ¡Es un cocodrilo!", gritó una turista que recién se bajó del carro, a pesar de que el saurio nada a 200 metros de distancia de la orilla, pero la emoción es más que evidente.
Uno de los visitantes le hace un comentario a la señora emocionada, le expuso que si avanza rumbo a la zona de juegos podrá ver más “juanchos" y “más cerquita".
El visitante compra alimentos y se los come mientras camina por el Centro de Tampico, insiste con las fotos, cargan una bocina y bailan en el kiosko, pero también mantienen llenos los restaurantes de los hoteles del Centro Histórico.
El tranvía no se detiene y los paseos en lancha en la laguna del Carpintero tampoco, la gente acude y hace lo propio, quieren hacer los recorridos y ver a los cocodrilos que están en la zona.
Los saurios han sido benévolos con los visitantes, porque ante la ausencia de sol han salido a posar para las fotografías, para que los observen y puedan contribuir a los atractivos de la zona sur.
ICGC