Las calles del centro de Guadalajara se llenaron de colores, risas y mucha diversión.
Alrededor de 300 payasos desfilaron para conmemorar su día. Durante su paso por las calles del primer cuadro de la ciudad, niños y adultos se llenaron de alegría, muchos ciudadanos inmortalizaron el momento con las cámaras de sus teléfonos celulares.
Ser payaso es un don con el que se nace, ya que pocos tienen la habilidad de hacer reír a los demás.
El Mago-payaso colorín es payaso desde hace 18 años, colabora en la asociación Último Deseo que lleva felicidad a pequeños afectados por una grave enfermedad, entre las muchas historias que ha vivido durante el tiempo que se ha dedicado arrancar sonrisas, está una en particular que lo marcó, no solo como payaso, también como ser humano.
“Un día, a las dos de la tarde me tenía que presentar en un hospital yo con el show, entonces yo vi caras largas, tristes, entonces yo solté los globos y pregunte quién era el festejado y entonces dijeron ‘a la una de la tarde falleció’, eso me quedó marcado en el alma, en el corazón y todos decidimos que el show debe continuar, eso quedó muy muy marcado en mi vida”.
El Mago-payaso viste un traje multicolor y siempre carga un pequeño paraguas para defenderse de los marcianos.
“Nos dijeron que los marcianos nos iban atacar y yo me traje mi sombrilla, dije que no vayan aventar un rayo. ¿Sabes cuánto me costó mi sombrilla?, pues vale sombrilla”, agregó.
Los payasos comenzaron su marcha al filo de las 17:00 horas en los cruces de las avenidas 16 de Septiembre y La Paz, avanzaron por todo 16 de Septiembre y culminó en el Santuario de la virgen de Guadalupe con una misa.
GPE