Cuando Raúl Sergio vio a Minerva, sintió la dulce flecha de Cupido traspasar su corazón. Fue amor a primera vista, y meses más tarde, le juró amor eterno, y le ha cumplido al pie de la letra: 74 años de vida matrimonial que cumplirán en un par de meses.
“Muy bien como todos los matrimonios, con altas y bajas, pero aquí estamos con mucho amor”, comentó la pareja.
Minerva Garza Balboa y Raúl Sergio Salinas Garza se conocieron en junio de 1950 y se casaron el 17 abril de 1951, y son casi 7 décadas y media que han vivido felices. El dice que las Diosidencias la pusieron en su camino, un día que salió a caminar por la Plaza del Chorro.
"Y que la voy viendo dije ¡ándale!, mira que guapa muchacha, primera sorpresa, la segunda sorpresa fue cuando fui a trabajar y ahí estaba, ¡ah caray!, ¡óigame otra vez!. Y luego en el mismo camión circunvalación numero 1 se iba ella y se bajaba en Tapia y yo vivía en Tapia en la primera cuadra", mencionó Raúl.
Ella tenía 20 años y era toda una belleza que vivía por la calle Tapia, frente a la Plaza del Chorro, a cuatro cuadras de la casa que ocupaba don Raúl, quien nació en Tampico, pero vivió en Guadalajara antes de venir a Monterrey.

También él tenía lo suyo, dice don Minerva.
"Todas las muchachas andaban de tras de él, porque pues pariente del dueño, guapísimo verdad, entonces andaban todas y yo ni siquiera porque tenía novio. Me había enojado con el novio y el me dijo te invito un café y fuimos al golfito", dijo Minerva Garza.

El amor los tiene llenos de excelente salud física y mental. A sus 95 años, Doña Minerva aún lava su ropa, hace la comida de ambos, y nada de latas ni precocidos. Salvo el oído derecho que insiste en jubilarse, dice don Raúl, en todo lo demás es totalmente autosuficiente a sus 98 años. Ambos dicen que no hay secretos para un amor tan eterno, solo fórmulas.
"El amor a Dios primero que nada, la gente que le tiene amor a Dios, le tiene amor a todo. Pero sobre todo yo le tengo mucho amor a mi esposo, lo quiero mucho, lo cuido", comentó Minerva, quien reitera que sigue muy enamorada de su esposo.
"Buscar que haya afinidad en las ideas para que se forme una buena pareja", es el consejo que les da Raúl a todas los enamorados.
Tienen seis hijos, 16 nietos, 17 bisnietos, uno en camino, y a Savua, un loro africano gris que les dejó su nieta hace 17 años, y que es la mejor compañía para el par de tortolitos que forma esta pareja, que se siguen viendo con la misma ternura y amor que hace 75 años, cuando se conocieron.
"Dios nos ayudó, nos venimos a encontrar aquí", añadió el Raúl quien después de muchos años sigue tan enamorado de su esposa como la primera vez.

mdlv