La familia de la señora Griselda Cruz año con año realiza el trenzado de palmas, que venden por mayoreo en la tradicional romería que se instala días antes del Domingo de Ramos en las inmediaciones de la iglesia de la Soledad en el barrio de La Merced, en el centro de la Ciudad de México.
Oriundos de Tlaxiaco, Oaxaca, esta familia sigue la tradición enseñada por la señora Jaquelina, la matriarca, quien hasta su muerte en 2019 tejió año con años centenares de palmas que engalanaron los hogares católicos durante las fiestas de Semana Santa.
Pese a que la diabetes le quito la vista, doña Jaquelina antes de morir dejó como herencia a sus nietos y bisnietos las enseñanzas y secretos para realizar esta artesanía, pero la pandemia del covid 19 modifico la forma en la que está familia vende sus palmas.
La tradicional Virgen en diferentes tamaños y varios modelos de Cristo son los que los clientes les piden a esta familia tanto en su puesto como en las redes sociales. Pues en este 2021 la pandemia los obligo a vender las Palmas en la sección de Market Place de Facebook.
La dinámica es simple, el comprador contacta al yerno de la señora Griselda, este le da los pormenores del producto y en caso de que el cliente acepte, la entrega se hace en un punto medio y se paga contra entrega.
"Pues acá mi hijo me dijo 'sabe qué se la voy, a promocionar en las redes sociales'; yo la verdad de redes casi nos conozco la verdad, casi no no le entiendo mucho a la suela , pro le dije está bien. Me dijo 'la voy a subir le voy a promocionar Las Palmas' y le dije que 'sí súbela' y ya cuando me enteré ya lo había hecho", recordó Griselda Cruz.
El autor intelectual de esta migración digital fue la pareja de su hija, Edgar Barceló, quien además de estudiar Enfermería en la UNAM, ayuda en el trenzado y ahora en la venta en redes sociales de las Palmas. "Simplemente fue idea espontánea que se me ocurrió para promover y apoyar aquí a la venta".
Sin embargo el miedo continúa, pues no sólo viven con el temor de un contagio, sino también sobreviven con la zozobra de que las autoridades los obliguen a levantar sus puestos, pues aseguran que aún no se reponen de la pérdida monetaria que significó parar labores el año pasado.
"Nos pegó muy duro en economía, en convivencia, ahorita nosotros no podemos vender así como antes, con la pandemia ya se perdió", lamentó.
Ahora solo queda esperar que la pandemia cese para que ellos puedan volver a tejer las palmas familia sin temor a contagios de covid-19 y también vender las Palmas tejidas y no permitir que el legado de Jaquelina se quede en el olvido.
RLO