La violencia que se presenta entre estudiantes ya sea dentro de los planteles o fuera de ellos, es resultado de una combinación de factores en donde todos los integrantes de la sociedad somos responsables y, al mismo tiempo, somos culpables.

De acuerdo con el análisis “Todos somos culpables”, realizado por Laura Angélica Bárcenas Pozos, investigadora en Educación de la Universidad Iberoamericana Puebla, en los casos de agresiones entre estudiantes, existe un tercero o una tercera que alentó a los involucrados en llegar hasta el enfrentamiento.
La investigadora cuestiona sobre la presencia de los padres, de los compañeros y los docentes antes de las agresiones y sobre las razones que llevan a los estudiantes a dejarse llevar por sus pasiones hasta llegar a los golpes con consecuencias fatales.
“En verdad me pregunto quién es el responsable de esta situación y me parece que la sociedad es la responsable de la forma en que estamos educando a nuestros niños y adolescentes”, apunta la investigadora.
En su análisis, la especialista en procesos educativos de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita resaltó la importancia de la reflexión ante casos de agresiones y disputas entre estudiantes.
“Deberíamos reflexionar sobre ese proverbio africano que señala que toda la aldea es responsable de educar a los niños. Pues si una televisora nos muestra que asesinar es una forma de quitar a quien te estorba, si los criminales no están en la cárcel, si los políticos se roban dinero, si la corrupción está en todos los niveles de la sociedad presente. ¿Qué esperamos que hagan nuestros jóvenes?”, cuestionó la investigadora.
Destacó que si un menor, dominado por un lado por sus pasiones y, por otro, percibe que vive en el país donde “no pasa nada”, no logrará dimensionar las consecuencias de sus actos y no detendrá la violencia.
“Eso es lo que les estamos enseñando a los jóvenes, cuando todos en esta sociedad vemos que unos pasan sobre otros todo el tiempo, que los políticos roban a su pueblo sin misericordia alguna, que los padres los ignoran inmoralmente por atender sus propias vidas, por egoísmo. Sé que no debería generalizar esto pues muchos padres están ocupados trabajando, tratando de llevar de comer a sus casas y otra vez vuelve a salir la maldita miseria que nos ahoga porque no nos queda más que trabajar y trabajar para medio vivir”, resaltó.
A la par, en las empresas y empleos, los trabajadores reciben bajos salarios que impiden dar mejores posibilidades de vida a los hijos; además, tienen dos o tres empleos y descuidan la formación emocional de los menores.
Para la investigadora de la Ibero Puebla, la sociedad se encuentra en un círculo vicioso porque no se ha sabido poner un alto a la impunidad, la corrupción y la miseria que genera más problemas para todos.
“Ahora estamos en un círculo vicioso que nos lleva a más impunidad, corrupción y miseria. Entonces, ¿por qué solo ha sido separado de su cargo el director de la escuela, si muchos somos responsables?”, apuntó.
CHM