La mala calidad del aire en ciudades de México como Puebla impacta de manera directa en la salud de los ciudadanos y hasta en la economía porque una complicada movilidad y problemas en el ambiente desencadenan malestar y complicaciones en los trabajadores.
De acuerdo con el análisis “Hacia la construcción de un marco de evaluación de resiliencia urbana”, realizado por el egresado de la Universidad Iberoamericana Puebla, Carlos Alonso Muñoz, especialista en ciencias ambientales, en ciudades como Puebla, se registra un aumento en los índices de pobreza y en la demanda energética en las ciudades, situación que impacta directamente en la contaminación.
“La mala calidad del aire está presentando problemas de salubridad y dificultando la creación de nuevos empleos. La población busca empleos que estén cercanos a sus viviendas, que no tengan que pasar por zonas de contaminación y que tampoco representen largos trayectos que afecten su salud”, explicó el especialista.
El investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco llamó a impulsar políticas de resiliencia urbana para impactar en puntos como la adaptación, la reorganización y la trasformación de los sistemas socio urbanos y socioambientales.
“Aunque no lo parezca, existe un aumento en los índices de pobreza en las ciudades, pese que, en el pasado, las personas migraban para mejorar sus condiciones. Ya se empiezan a observar estas zonas más pobres si estaos dentro de las ciudades”, comentó.
Señaló que, junto a la mala calidad del aire en las ciudades, se aprecia la venta de viviendas irregulares, informales e inseguras ante una alta demanda de pobladores que buscan espacios para habitar.
“Ante la falta de un suelo urbano dirigido a población con menos recursos, vemos la venta de viviendas irregulares e inseguras. Vemos desarrollos urbanos irregulares en la periferia que son zonas con diferentes riesgos. Hay una necesidad de viviendas de bajo costo”, apuntó.
Señaló que en las ciudades se está presentando un problema político relacionado con la expansión de las manchas urbanas, debido a que algunas se extienden por distintas municipalidades, generando una división más extensa de los poderes gubernamentales.
“Ante el problema de que las zonas urbanas ya no tienen límites territoriales, es necesario impulsar la idea de un desarrollo urbano sustentable donde se busque la creación de un espacio inclusivo, seguro, resiliente y ecológicamente sostenible. El asunto presupuestal representa un gran problema en las ciudades que no están desarrolladas de manera óptima para la construcción urbana”, comentó.
El especialista destacó que los proyectos deben adaptarse y preguntarse si el desarrollo es adecuado para satisfacer las necesidades poblacionales a partir de una visión de transformar el sistema urbano para generar ambientes más ecológicos.
“La resiliencia es la capacidad de los sistemas urbanos de resistir desastres naturales y cómo estos se adaptan y permiten el crecimiento de las ciudades y sus poblaciones de manera segura”, finalizó Alonso Muñoz.
ARP