La Universidad Iberoamericana Puebla regresará a clases en enero de 2022 con 70 por ciento de sus estudiantes en presencialidad y el Modelo Híbrido de Educación que se apegará al comportamiento de la pandemia.
Mario Ernesto Patrón Sánchez, rector de la institución que forma parte del Sistema Universitario Jesuita, señaló que los últimos doce meses estuvieron marcados por la incertidumbre.
Señaló que recuperar el factor diferencial de la presencialidad, el flujo de personas en el campus inició con 800 personas en agosto de este años; mientras queal final de semestre, cerca de 14 mil alumnos, docentes y trabajadores recorrieron los pasillos universitarios.
"Se espera que el 70 por ciento de toda la comunidad regrese para enero. Se ha transitado desde la fatalidad de inicios de año hasta la zozobra del ir y venir del oleaje pandémico. Este periodo debe ser considerado como una oportunidad para resignificar la realidad y el quehacer universitario", comentó.
Durante su balance del cierre de año, Patrón Sánchez destacó que la Ibero Puebla implementó acciones para adaptarse a las peripecias de la covid-19, ejes que se basaron en tres ejes primarios: cuidado irrestricto de la salud, privilegio de la excelencia académica y protección de la viabilidad financiera.
"Tras el éxodo del campus en marzo de 2020, la creó más de una docena de comisiones y subcomisiones para atender todos los ejes del nuevo escenario. El fortalecimiento de la coordinación del Servicio Médico universitario ha permitido ofrecer un acompañamiento integral a la comunidad universitaria en más de mil ocasiones", detalló.
Patrón Sánchez destacó que la implementación de 29 protocolos asociados a la prevención y atención del coronavirus fue el primer paso para el tránsito de vuelta a las aulas en el periodo de verano 2021. Desde la repoblación del campus, se han registrado 349 casos sospechosos y 28 casos positivos, los cuales fueron contenidos oportunamente para no provocar un brote comunitario.
Por último, Patrón Sánchez expresó que la formación integral implica necesariamente el rescate de la universidad como espacio de convivencia.
AFM
