Debido al covid-19 los estudiantes no han podido volver a las aulas escolares por lo que los estudiantes se han adaptado al ciclo escolar a través de clases impartidas por televisión o mediante diversas plataformas, sin embargo algunos padres de familia creen que eso no es suficiente por lo que han optado por contratar maestros particulares para reforzar la educación de sus hijos.
Diana Lizbeth Ocampo es maestra de preescolar y desde que inició la contingencia sanitaria, comenzó a ofrecer el servicio de clases particulares y regularización pues dijo que aunque las clases continúen en formato virtual es complicado que los niños se concentren.
“En las clases virtuales, los niños se distraen muchísimo, ellos no están enfocados cien por ciento a la cámara, porque están solamente con el teléfono y no ponen atención, por ejemplo, yo proyecto la pantalla y a veces también tengo mi cámara con el pizarrón atrás y pues sí hay diferencia porque al momento de estar presencial, están cien por ciento, enfocados a mí y no a los distractores de su casa como son sus juguetes, su televisión o las cosas que tienen ahí", comentó la maestra.
Mencionó que uno de los principales motivos por lo que los padres han contratado maestros particulares es porque ante la falta de tiempo de estar con ellos en sus clases virtuales temen que se atrasen y aumente el rezago educativo.
“Porque básicamente ellos no pueden estar con los niños todo el tiempo, entonces nada más están en ratitos y es por eso que ellos ven, al momento que están ahí́ con ellos, los ratitos, ellos ven que no están poniendo atención, que no están avanzando realmente, como se debería, es por eso que ellos buscan de alguna manera que ellos sigan avanzando”.
La diferencia entre una clase presencial y virtual es mucha, pues aunque en clases presenciales los alumnos también se distraen, no es lo mismo que tomar clases en línea porque en el salón de clases los maestros llaman la atención y los estudiantes acatan instrucciones, cosa que es muy raro que suceda en la nueva normalidad.
Lorena González, es una madre de familia quien decidió que su hijo tomará clases particulares, pero también moverlo a una escuela más económica para de esta manera equilibrar los gastos.
“La inversión que pensábamos hacer en un colegio era un monto, cuando nos enteramos que no regresan a clases presenciales, el papá de Diego y yo, tomamos la decisión de informarnos, cuál iba a ser la manera de poner las herramientas con Diego, de una manera muy puntual, lo que si vimos es que en el cierre de tercero, estos dos, tres meses que estuvieron con clases eventuales en línea, realmente a la edad de Diego no ponen atención” comentó.
La vocación y el tiempo que tienen los profesores también es una parte fundamental para que los niños obtengan el aprendizaje correcto.