Tras hacer fila de media hora, don Deme sale de la carnicería con una peculiar maleta en mano, lleno de cortes de carnes con nombres "chocantes", que en ninguna otra ciudad del país se pueden encontrar, y menos dentro de un maletín…
Él ya se vacunó hace dos semanas y no hizo lo mismo el año pasado. Ahora se dirige al Fraccionamiento Residencial la Huasteca en Santa Catarina, en donde el tufo a carne empieza hacer estragos al sentido del olfato y al estómago.
Un extenso y largo volcán de humo se observa desde lejos por culpa del carbón incandescente que invade ya el patio y la cochera, escena que se repite en los del vecino del frente o la casa contigua o la de atrás, como siempre.
Ha iniciado el ritual regio para festejar a "apá", el asador está puesto para el festín ante una moribunda pandemia que no dejó festejar mucho o muy poco el año pasado: Costillar baby back ribs y el rib-eye, arrachera o costilla cargada.
"Viejo, mi querido viejo, ahora ya caminas lento, como perdonando el viento…", se escuchan canciones como ésta, del ítalo-argentino Piero, en la radio ad hoc con el festejo…
Una mega "fila" se ve a lo lejos, varias cuadras atrás. No es la vacunación contra el covid-19, es la pastelería invadida por un alud de mamás e hijos que fueron a comprarle un cake relleno o un hojaldre al rey de la casa.
"¡Hoy tengo que decirte, papá!", le canta la niña a su papi la icónica rola del grupo Timbiriche para despertarlo con un regalo de lujo: Una caja botanera, con un six de cheve, una taza personalizada de su artista favorito y una avalancha de botana de todo tipo.
Y hay quien, de plano, no quiso "sacrificarse" e ir a la carne asada en pleno domingo. No quiso batallar.
Y es que ahora que la pandemia se sintió menos, menos doloroso y triste que el sabor de encierro que se experimentó el año pasado, mucha raza regia se lanzó a los restaurantes que reabrieron y lucieron ahora a reventar.
Como por ejemplo, el restaurante con la silueta de la Sierra Madre y otros que en 2020 estaban en calidad de fantasmagóricos, vacíos, o lucían cerrados, hay quienes se echaron una cheve oscura bien helada y la pasaron con su familia, sin olor a carbón, pero sí para degustar un sabroso steack house de primera línea.
Otros prefirieron salir a pasear a la Carretera Nacional, a Los Cavazos, La Cola de Caballo y Presa de la Boca, a dar la vuelta a la plaza del Pueblo Mágico por excelencia en Nuevo León y que aún no resiente los estragos de la sequía anual en Nuevo León.
En otro botón de muestra, desde días atrás, la hija le pidió a su papá que le buscara una fotografía donde aparecieran juntos porque la maestra de primaria la pidió para poder editar un video con las imágenes de sus progenitores.
La peque le envió la mejor foto donde aparecen impecables para que el video de papá e hija luciera espectacular. Y así sucedió, ahora fue más diferente este Día del Padre.